Los soldados que formaban parte de las fuerzas especiales británicas que trabajaban en Afganistán expresaron en una investigación pública su preocupación por el hecho de que afganos que no representaban una amenaza hubieran sido asesinados en redadas contra presuntos insurgentes talibanes, incluidos algunos menores de 16 años. La investigación independiente fue ordenada por el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña (MoD) después de que un documental de la BBC TV informara que soldados del Servicio Aéreo Especial (SAS) de élite habían matado a 54 personas en circunstancias sospechosas durante la guerra en Afganistán hace más de una década. La investigación está examinando una serie de redadas nocturnas denominadas operaciones de detención deliberada llevadas a cabo por las fuerzas británicas desde mediados de 2010 hasta mediados de 2013. El miércoles publicó un resumen de pruebas de siete testigos de las fuerzas especiales del Reino Unido (UKSF) que dieron su testimonio en secreto por razones de seguridad nacional y no pueden ser nombrados. Uno de los soldados, conocido sólo como N1799, dijo a la investigación que había expresado su preocupación en 2011 sobre una unidad denominada UKSF1 después de mantener una conversación sobre sus operaciones con uno de sus miembros en un curso de entrenamiento. «Durante estas operaciones se dijo que 'todos los hombres en edad de luchar son asesinados' en el objetivo, independientemente de la amenaza que representaban, esto incluía a aquellos que no portaban armas», afirmó su declaración como testigo. «También se indicó que 'hombres en edad de luchar' estaban siendo ejecutados en el objetivo , dentro de recintos, utilizando una variedad de métodos después de haber sido inmovilizados. En un caso se mencionó que se puso una almohada sobre la cabeza de un individuo antes de matarlo con una pistola.» Interrogado por el abogado de la investigación, dijo que entendía que esto se refería a menores de 18 y 16 años . N1799 transmitió sus preocupaciones a otros oficiales superiores, quienes las tomaron en serio. Otros agentes dijeron en la investigación que habían oído rumores y tenían sus propias preocupaciones sobre las operaciones del UKSF1 , en las que el elevado número de muertes y los informes oficiales de los asesinatos sugerían que era poco probable que algunas estuvieran justificadas. Un oficial, conocido como N2107, había enviado un correo electrónico a sus colegas expresando su incredulidad ante los resúmenes de las operaciones del UKSF1 que sugerían que a los sospechosos detenidos se les había permitido regresar a los complejos donde luego se decía que recogieron armas e intentaron atacar la unidad. «Si bien el asesinato y a menudo han sido compañeros de cama habituales, esto está empezando a parecer una locura», dijo en un correo electrónico, y dijo a la investigación que esto significaba que parecía «muy estúpido». Al presentar pruebas, estuvo de acuerdo con Oliver Glasgow, el abogado principal de la investigación, en que en abril de 2011 creía que UKSF1 podría haber estado cometiendo ejecuciones extrajudiciales. Ninguno de los soldados que testificaron en la investigación, que se inició en 2023, dijo haber sido testigo de tal comportamiento. La policía militar británica ha llevado a cabo anteriormente varias investigaciones sobre acusaciones de mala conducta por parte de las fuerzas en Afganistán, incluidas aquellas formuladas contra el SAS, pero el Ministerio de Defensa ha dicho que ninguna encontró pruebas suficientes para enjuiciar. El objetivo de la investigación es determinar si había información creíble sobre ejecuciones extrajudiciales, si las investigaciones realizadas años después por la policía militar sobre las preocupaciones de N1799 se llevaron a cabo adecuadamente y si se encubrieron los homicidios ilegítimos. N1799 dijo que todavía se sentía desleal al hablar y solicitó que dos figuras del Ministerio de Defensa fueran retiradas de la sala de investigación antes de que él prestara su testimonio, temiendo por su propia seguridad. «Creo que hice lo correcto y sigo haciéndolo, pero no es fácil», dijo a la investigación. «Me hace sentir un poco enfermo».
