Hay una escena, casi al final de 'A real pain', la segunda película como director de Jesse Eisenberg, en la que él y el coprotagonista del filme, Kieran Culkin, que acaba de ganar un Globo de Oro al mejor actor de reparto en una comedia por interpretar a su desastrado pero carismático primo, depositan una piedra en la puerta de la casa donde vivió su abuela judía, en Polonia, que acaba de morir y les propuso, a modo de obituario, un viaje turístico por la memoria del Holocausto. Al verlos desde el balcón de enfrente, unos vecinos les llaman la atención por considerarlo una afrenta: en ese edificio vive una anciana que puede tropezarse y caer con la piedra. La...
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