Dominique Rey, considerado como uno de los obispos más conservadores de Francia, anunció este martes su dimisión a pedido del papa Francisco, dos años después de una poco común auditoría de su gestión reclamada por el Vaticano.
"El nuncio me informó que el Santo Padre me pedía que dimitiera como obispo diocesano de Fréjus-Tolón", en el sureste de Francia, escribe el religioso de 72 años en un comunicado.
"Ante las incomprensiones, presiones y polémicas siempre perjudiciales para la unidad de la Iglesia, el último criterio de discernimiento para mí sigue siendo la obediencia al Sucesor de Pedro", agregó.
El Vaticano inició en 2022 una auditoría de su polémica gestión y ordenó que no se ordenaran más sacerdotes en la diócesis que ha dirigido durante un cuarto de siglo.
A finales de 2023, nombró a François Touvet, entonces obispo de Châlons-en-Champagne (noreste de Francia), para gestionar la administración y la formación de sacerdotes y seminaristas, reduciendo sus competencias.
Miembro de la Comunidad del Emmanuel --un símbolo del "movimiento carismático"--, Dominique Rey estaba en el punto de mira en el seno de la Iglesia católica por su estilo inspirado de los pastores evangélicos americanos.
Las críticas también se centraban en su política de acogida de nuevas comunidades, especialmente de los tradicionalistas y adeptos de la misa en latín, así como de otros "carismáticos", sobre todo de América Latina.
Aunque rechaza la etiqueta de conservador, Rey apoyó en 2012-2013 las protestas contra el matrimonio igualitario en Francia y, en 2015, acogió a la política ultraderechista Marion Maréchal durante una universidad de verano católica.
El Vaticano aceptó rápidamente su dimisión y nombró a Touvet como nuevo obispo de Fréjus-Tolón.
