El presidente de Bolivia, Luis Arce, no viajará a Venezuela para la jura de Nicolás Maduro, en medio de una agenda apretada y movilizaciones internas. La decisión ha generado reacciones en el contexto de la política regional.
La viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, fue quien confirmó que el mandatario boliviano no participará en la ceremonia de investidura de su homólogo venezolano y argumentó que "está con una agenda ajustada”. En su lugar, se enviará una representación oficial a la toma de juramento de Maduro.
Alcón destacó que el presidente Arce tiene una agenda que incluye reuniones con diversos sectores, especialmente en preparación para el 10 de enero. Este día coincide con el inicio de una marcha hacia La Paz, organizada por los seguidores de Evo Morales, lo que subraya la relevancia de los asuntos internos en la política boliviana.
La viceministra evitó profundizar en la crisis venezolana o en los problemas diplomáticos que enfrenta el régimen de Maduro con otros países. “No vamos a hacer injerencia y toda posición oficial la vamos a hacer conocer a través de la Cancillería”, afirmó, enfatizando el enfoque del Gobierno en los temas internos.
Aún no se ha confirmado quién representará al Gobierno boliviano en la investidura de Maduro. Sin embargo, el diputado oficialista Rolando Cuéllar ha anunciado su intención de asistir a la ceremonia, con un reconocimiento y una medalla que espera entregar al presidente venezolano.
La decisión de no enviar a Arce ha sido interpretada como un intento de mantener una postura cautelosa en medio de la creciente presión internacional sobre el régimen de Maduro, que ha sido acusado de fraude en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
Nicolás Maduro, quien ha estado en el poder desde 2013, asumirá un nuevo mandato en medio de acusaciones de fraude electoral. A pesar de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela proclamó a Maduro como ganador, la oposición ha denunciado irregularidades y reivindicado la victoria de su candidato, Edmundo González Urrutia, quien se encuentra asilado en España.
La situación se complica aún más con las marchas programadas para el día anterior a la investidura, una de ellas convocada por la líder opositora María Corina Machado, y otra por el chavismo, lo que refleja la polarización política en el país.