El aumento al salario mínimo en México para 2025 marca un paso importante hacia la mejora de las condiciones laborales en el país. Sin embargo, no todos los trabajadores podrán beneficiarse de este ajuste, lo que ha generado inquietud entre diversos sectores, incluidos expertos y sindicatos.
La Secretaría de Trabajo y Previsión Social ha señalado que este incremento está dirigido a trabajadores cuyos ingresos se encuentran directamente regulados por el sueldo mínimo. Esto deja fuera a ciertos grupos, lo que plantea preguntas clave sobre los alcances y limitaciones de esta medida dentro de la política salarial nacional.
En 2025, el aumento al salario mínimo en México beneficiará a 8.5 millones de trabajadores, principalmente aquellos cuyos ingresos están directamente alineados con la remuneración mínimo oficial. Sin embargo, no todos los trabajadores recibirán este ajuste.
Aquellos que ya perciben un salario superior al mínimo establecido no se beneficiarán de este incremento, a menos que su contrato estipule un aumento proporcional al ajuste del sueldo mínimo, lo cual no es común. Por lo tanto, los trabajadores con remuneraciones contractuales por encima del mínimo no verán reflejado este aumento en sus ingresos, a menos que se especifique lo contrario en sus acuerdos laborales.
Con el ajuste en 2025, el salario mínimo general en México pasará de $248,93 a $278,80 pesos diarios, mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte incrementará de $374.89 a $419,88 pesos diarios. Este ajuste representa un aumento de casi el 12%, consolidando la tendencia de incrementos anuales desde 2018.
Claudia Sheinbaum, presidenta electa, se ha comprometido a continuar promoviendo el bienestar de los trabajadores a través de políticas salariales progresivas. Sin embargo, los retos persisten. El acceso limitado a este beneficio para millones de trabajadores plantea dudas sobre la equidad y eficacia de las políticas implementadas.
Para comprender por qué algunos trabajadores no recibirán el aumento al salario mínimo, es crucial distinguir entre este concepto y el sueldo contractual. Mientras el primero establece un piso mínimo garantizado por ley para todos los empleados formales, el segundo corresponde a los acuerdos particulares entre empleadores y sindicatos.
El salario contractual suele ser superior al mínimo y está diseñado para garantizar beneficios adicionales, como bonos, vacaciones extendidas y prestaciones exclusivas. Sin embargo, esta modalidad también puede generar inequidades al depender de la capacidad de negociación de las partes involucradas.
La Secretaría de Trabajo ha insistido en que el salario mínimo es una herramienta para proteger a los sectores más vulnerables. Por otro lado, los salarios contractuales reflejan las particularidades de cada industria, pero no siempre garantizan incrementos proporcionales al costo de vida.