Si no hay giro de última hora, el Congreso va a permanecer sin actividad hasta el 13 de enero, cuando se reúna la Comisión del Estatuto de los Diputados para despachar el suplicatorio de José Luis Ábalos. Es decir, tampoco se va a reunir la Mesa del Congreso en los próximos días para tramitar algunas cuestiones pendientes, como la proposición no de ley que impulsó Junts para instar al presidente del Gobierno a presentar una cuestión de confianza. Y eso significa que, como mínimo, la cuestión de confianza va a permanecer en el limbo durante un mes.
La iniciativa presentada por el partido de Carles Puigdemont se registró en el Congreso de los Diputados el 9 de diciembre y se abordó en la Mesa el 17 de diciembre, pero la mayoría de PSOE y Sumar pasó su rodillo para evitar votarla. La iniciativa quedó congelada y fuentes parlamentarias adujeron que requería más margen de tiempo para analizar su viabilidad jurídica dado que no había ningún precedente. De hecho, el informe de los letrados tampoco fue excesivamente concluyente ya que dio argumentos para tramitar y para tumbar la iniciativa y dejó la última palabra en la Mesa del Congreso.
El Congreso, presidido por Francina Armengol, evitó tomar una decisión tan rápidamente porque la idea del PSOE era tumbarla, pero políticamente hubiera sido un gesto demasiado hostil para poder seguir contando con el apoyo de Junts. De esta manera, el PSOE y Sumar pasaron la iniciativa por alto y aprovecharon el "parón" de enero para ganar tiempo: este mes no forma parte del periodo de sesiones y, por tanto, la Mesa tiene margen para dejar congeladas las iniciativas.
No obstante, según explican también fuentes parlamentarias, no hay precedentes de haber dejado una iniciativa en el limbo, con lo que la maniobra de PSOE y Sumar en la Mesa es inédita. En todo caso, en el PSOE también juegan con los tiempos porque la cuestión de confianza tampoco podría ser debatida y votada en un Pleno del Congreso hasta finales de febrero, que es cuando tiene turno Junts para incluir su iniciativa en el orden del día.
Las dudas jurídicas surgen del hecho de que una cuestión de confianza solo puede ser presentada por el presidente del Gobierno para someterse al veredicto de la Cámara y, en este caso, es Junts quien está presentando una iniciativa. No obstante, la iniciativa de Junts busca dar un mandato al presidente del Gobierno, sin tener voluntad de apropiarse de una figura jurídica reglada por el Reglamento del Congreso y la Constitución. Al fin y al cabo, la última palabra para cumplir con ese mandato seguiría estando en manos de Pedro Sánchez.
