¿Nos hemos parado a pensar porque el ser humano se comporta de la manera como lo hace? Porque partimos de una premisa falsa. La falta de fe en Dios el Creador nos ha convertido en evolucionistas. Creemos que somos el resultado de una célula aparecida por azar que ha ido evolucionando hasta convertirnos en lo que somos: animales racionales, pero animales al fin y al cabo.