La alfabetización como la conocemos tradicionalmente, centrada en la lectura y escritura, sigue siendo esencial. Si bien, en la era digital, ha ampliado la definición, introduciendo nuevas formas de interactuar con la información.
Actualmente, la alfabetización comprende el entorno digital y es capaz de evaluar críticamente la enorme cantidad de información disponible en internet. En este sentido es importante reflexionar sobre cómo este concepto ha cambiado y cómo los colegios que implementan políticas digitales desempeñan un papel esencial en preparar a los alumnos para enfrentar los retos del futuro.
Estas son algunas políticas digitales que favorecen que el alumno esté preparado para un mundo interconectado: Equilibrio entre tecnología y métodos tradicionales. Los colegios que enfatizan el uso limitado y cuidadoso de la tecnología en línea con los principios Montessori promueven el aprendizaje práctico y experiencial. Sin embargo, en un mundo cada vez más digital, es importante encontrar el equilibrio adecuado para que la tecnología complemente el aprendizaje tradicional, sin reemplazarlo.
La integración de herramientas digitales se hace con propósito, enfocándose en aplicaciones prácticas del mundo real. Los centros que hacen uso de la tecnología para promover la alfabetización digital y ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades para el futuro aseguran que el uso de pantallas se mantenga equilibrado y no interfiera con el aprendizaje práctico.
Cuando la tecnología se emplea para crear experiencias de aprendizaje personalizadas adaptando la instrucción a las necesidades individuales de cada estudiante. Por ejemplo, cuando se usan plataformas digitales para el seguimiento del progreso estudiantil y para ajustar la enseñanza de manera acorde.
Es imprescindible que los colegios enseñen habilidades de seguridad en internet, promoviendo la ciudadanía digital responsable. Esto incluye proteger la privacidad, evaluar críticamente la información y reconocer fuentes confiables, además de fomentar un uso saludable de la tecnología para cuidar el bienestar mental de los estudiantes mientras navegan de manera segura y ética. La tecnología digital ofrece oportunidades para estudiantes con Necesidades Educativas Especiales. Herramientas como el reconocimiento de voz facilitan la escritura, mientras que el texto a voz apoya la comprensión lectora. Fuentes y fondos personalizables ayudan a estudiantes con dislexia o discapacidades visuales, asegurando una alfabetización digital inclusiva.
La participación de los padres es clave para la alfabetización digital. Ofreciendo talleres y recursos, los colegios pueden ayudar a los padres a comprender las herramientas digitales que usan sus hijos, gestionar el tiempo frente a pantallas y configurar controles parentales. De esta forma, los padres no solo acompañan el proceso educativo, sino que también complementan el trabajo del colegio en casa, fomentando el uso responsable de la tecnología.
La integración progresiva de la tecnología en el entorno educativo es clave para preparar a los alumnos para los desafíos de un mundo interconectado. Esta política establece un uso equilibrado y estratégico de herramientas digitales en cada etapa educativa, fomentando el desarrollo de competencias digitales esenciales para el siglo XXI.
Un mundo interconectado
En el caso de educación infantil, en esta etapa el uso de la tecnología se mantiene al mínimo, limitado a herramientas interactivas como pizarras inteligentes. Éstas se emplean para apoyar los objetivos de aprendizaje, estimulando la participación activa de los niños y facilitando la comprensión de conceptos básicos.
En educación primaria se introduce a los alumnos en el uso de aplicaciones educativas y recursos interactivos que enriquecen su aprendizaje. Para ello se fomenta el uso de plataformas digitales para registrar y evaluar el progreso de los estudiantes, promoviendo un enfoque más dinámico y personalizado de la enseñanza.
Por último, en educación secundaria, los estudiantes amplían sus competencias digitales mediante el aprendizaje de habilidades avanzadas, como la programación, el diseño web y la animación. El uso de la tecnología se enfoca en la exploración de temas complejos y en el desarrollo de habilidades críticas de resolución de problemas, preparando a los alumnos para los retos del mundo digital y el mercado laboral del futuro.
Es esencial que los colegios establezcan límites claros en el uso de dispositivos tanto dentro como fuera de horario escolar. Por ejemplo, no se requiere el uso de dispositivos en casa hasta los 9 años y se establecen horarios de apagado automático de dispositivos según el año académico.
En definitiva, la alfabetización, en su sentido más amplio, ha tomado una nueva dimensión en la era digital. Preparar a los alumnos para un mundo interconectado implica dotarlos de las habilidades necesarias para crecer, evaluar y crear en el ámbito digital. Los colegios que adoptan políticas digitales están en la vanguardia de este esfuerzo, asegurando que los estudiantes no solo sean consumidores pasivos de tecnología, sino ciudadanos críticos y creativos que puedan prosperar en un mundo globalizado. La alfabetización digital no es un lujo, es una necesidad fundamental en el siglo XXI.
