Según las propias palabras de Fidel a un periodista y publicadas en el periódico Revolución, el 2 de enero de 1960, había que ir a ese histórico sitio «a renovar nuestras energías para el segundo año de la Revolución». Los estudiantes fueron —arma y mochila al hombro— a entrenar sus músculos y a fortalecer su entusiasmo revolucionario entre los mismos riscos donde había nacido, un año atrás, una nueva Cuba.
Acompañaban al Comandante en Jefe, Celia Sánchez; los comandantes Pedro Miret y Luis Crespo, viejos combatientes de la Sierra; los capitanes Núñez Jiménez, del INRA; Pupo, jefe de la escolta, y José Ramón Fernández, director de la Academia de Managua. Al día siguiente de su salida llegarían a Yara, por avión, el comandante Raúl Chibás y Conchita Fernández, secretaria de Fidel.
Día 1
En horas de la noche del primer día del año 1960, las Brigadas Estudiantiles Universitarias, como lo había prometido Fidel, viajaron en tren hacia Oriente para recibir instrucción militar en la Sierra Maestra. Partieron desde la terminal de ferrocarriles de La Habana y, para sorpresa de los protagonistas, el Comandante en Jefe los acompañó desde ese primer momento. Los estudiantes, vistiendo el uniforme de sus milicias, ocuparon los amplios vagones del tren, mientras una apretada multitud, familiares y amigos se aglomeraron en los andenes para dar un adiós emocionado a los jóvenes que partían. Seis u ocho cómodos vagones formaron el largo del convoy.
Día 2
Llegaron a Yara y desde allí continuaron en camiones hasta El Caney, donde se estaba construyendo la ciudad escolar Camilo Cienfuegos para sumar esfuerzo a esta trascendental obra. Fidel contó a los estudiantes detalles de la obra. Desde este lugar siguieron a pie hasta Las Vegas. En la Loma de Las Mercedes, el máximo líder de la Revolución explicó cómo se desarrolló el histórico combate que tuvo lugar en este sitio, una de las grandes batallas de la Sierra.
Día 3
A las seis de la mañana comenzaron a subir la Loma de La Vela para acampar ese día en Minas del Frío. Como Fidel, los muchachos de las brigadas hicieron ejercicios militares.
Día 4
Salieron de Minas del Frío hasta La Plata, sede de la Comandancia General del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, cruzando por El Jigüe, Mompié y Corea. Fidel durante todo el recorrido iba dando ánimo a los estudiantes. Entre los excursionistas que hacía el recorrido con más entusiasmo se encontraba el líder revolucionario venezolano Fabricio Ojeda. El Comandate en Jefe iba explicando los lugares donde hubo combates y la forma en que se desarrollaron.
Día 5
El grupo se dirigió de La Plata hacia la Aguada de Lima (punto situado en la base norte del Turquino, a 922 metros), al pie de la ladera norte del Turquino, y desfilaron por la montaña de Palma Mocha, donde Fidel continuó narrando a los estudiantes los pormenores de la campaña de la Sierra Maestra.
En la mañana del 6 de enero, la expedición universitaria al mando de Fidel parte rumbo al Pico Turquino. Él, que conoce a la perfección cada trillo de la Sierra Maestra, anunciaba sitios que fueron escenarios de combates, escondites, emboscadas… A la cima llegaron alrededor de las tres de la tarde de ese mismo día, en medio de voces de ¡Viva Cuba Libre! Minutos después de llegar fueron hechas descargas de fusil. Esa noche se durmió en el Pico Turquino y Fidel conversó ampliamente con un grupo de estudiantes sobre la labor de la Revolución, y los puso al tanto de nuevos proyectos… En la mañana del siguiente día, toda la «tropa» se dispone a bajar hasta la playa de Ocujal.
El día 7 se encontraron en la playa de Ocujal, Fidel y su hermano Raúl, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, quien había subido el Pico Turquino en unión de varios estudiantes orientales el día 5. Esa noche acamparon en Ocujal, y en las últimas horas de la tarde del viernes 8 de enero, a bordo de la fragata José Martí, llegaron a la ciudad de Santiago de Cuba. Como estaba previsto, el sábado 9, el Jefe de la joven Revolución Cubana inició las obras de demolición del cuartel Moncada en la ciudad de Santiago de Cuba, donde sería levantado un moderno centro escolar.
Edición: Yuniel Labacena Romero.
Diseño: Abdel Alfonso Núñez.
