La plaza de Toros de Tánger, en Marruecos, reabre sus puertas; pero no para festivales taurinos sino para celebrar conciertos, exposiciones, proyecciones, espectáculos o talleres culturales. Tendrá una capacidad para unas 6.500 personas, de las 13.00 de que disponía cuando fue construida en 1950 wene tiempos del Potectorado española. Era uno de los ocho cosos en África junto con los de Orán, Luanda, Melilla, Uchda, Villa Sanjurjo y Maputo.
Los trabajos de restauradción han durado un año y medio ya ha sido renovada en un 95%. "Luce una blancura deslumbrante y una estructura rejuvenecida, lista para recibir nuevamente a sus visitantes", subraya Le360.
Hace unos años, el coso histórico de Tánger, no era más que un edificio fantasmal, abandonado a lo largo de décadas. Sus decrépitas gradas, sus muros ruinosos y su pesado silencio parecían atestiguar un pasado casi olvidado. Sin embargo, su arquitectura típica, herencia de una época en la que acogió corridas de toros y multitudes febriles, siguió rondando el imaginario colectivo de los tangerinos. Hoy, este lugar lleno de historia, verdadero patrimonio cultural y arquitectónico , vuelve a la vida gracias a un proyecto de rehabilitación.
La plaza de toros de Tánger fue inaugurada el 27 de agosto de 1950 con una corrida en la que torearon Agustín Parra "Parrita", José María Martorell Navas y Manuel Calero "Calerito" y toros de Fermín Bohórquez. Tenía capacidad para 13.013 localidades. En la parte baja se disponía de cuadras de caballo, corrales, almacenes, toriles, quirófano, enfermería, capilla, baño, sala de toreros y vivienda para el conserje.
Su estructura, tendidos, andanadas y asientos, son de hormigón armado y se construyó en un tiempo récord de catorce meses. Tuvo un coste de 12 millones de pesetas, cuando la ciudad era parte del Protectorado y residían en ella cerca de 45.000 españoles. En 1956 dejó de acoger festejos taurinos tras la independencia marroquí negociada por Mohamed V que puso fin a dicho Protectorado.
