Las cámaras de seguridad son una herramienta clave para proteger nuestros hogares y propiedades. Su popularidad ha crecido significativamente, y en 2025 se espera que sean aún más confiables y asequibles. Sin embargo, para maximizar su efectividad, no solo importa qué cámara uses, sino dónde la coloques. Ubicarla en el lugar equivocado puede generar problemas de funcionalidad, privacidad y hasta legales. Aquí te explicamos los sitios que los expertos recomiendan evitar.
Una vista clara es esencial para cualquier cámara de seguridad. Colocar una cámara detrás de árboles, arbustos o muebles puede bloquear su campo de visión. Esto también aplica a elementos que cambian con el tiempo: un arbusto inofensivo en invierno podría convertirse en una barrera visual en primavera cuando florezca. En interiores, asegúrate de que puertas, cortinas o incluso mascotas no bloqueen accidentalmente el lente.
Aunque colocar una cámara interior apuntando hacia el exterior puede parecer una solución económica, las ventanas generan problemas. Durante el día, el deslumbramiento del sol refractado a través del cristal puede dificultar la visibilidad. Por la noche, las luces de la calle o de los autos también interfieren. Incluso, el polvo acumulado en la ventana agrava el problema.
Un ángulo mal ajustado hacia el cielo puede ser contraproducente. El resplandor del sol y los rayos UV pueden dañar la lente y los componentes electrónicos de la cámara. La solución es sencilla: inclina la lente hacia abajo y enfócate en objetos bajo el nivel del techo. Además, si es posible, instala la cámara en un lugar sombreado para protegerla del desgaste.
Los conductos de ventilación y las fuentes de calor como calentadores o chimeneas son enemigos de las cámaras de seguridad. El polvo y las partículas expulsadas pueden ensuciar el lente y reducir su vida útil, mientras que el calor excesivo afecta las baterías y componentes electrónicos. Evita instalar cámaras cerca de estas áreas para garantizar su durabilidad.
Aunque parece lógico cubrir zonas desatendidas como callejones estrechos, no siempre es la mejor estrategia. La mayoría de los robos en chalets y adosados ocurren en entradas principales, puertas traseras y ventanas sin seguro. Estas son las áreas prioritarias para la vigilancia. Además, una cámara visible puede disuadir hasta al 83 % de los ladrones, por lo que instalarla en lugares estratégicos es clave.
La privacidad debe ser una prioridad al instalar cámaras. Colocarlas en baños, habitaciones o espacios comunes compartidos puede infringir derechos fundamentales. En viviendas compartidas, asegúrate de que todos los inquilinos tengan acceso a la cámara y puedan cubrirla si lo desean.
Dirigir accidentalmente una cámara hacia la ventana o el patio de un vecino no solo es una descortesía, sino que puede tener implicaciones legales. Estos espacios están protegidos por leyes de privacidad. Asegúrate de orientar tus cámaras hacia tu propia propiedad y evitar posibles conflictos.
La ubicación de las cámaras de seguridad es tan importante como su calidad. Evitar obstrucciones, minimizar los efectos de la luz y respetar la privacidad propia y ajena son factores clave para garantizar la funcionalidad y tranquilidad. Una instalación estratégica puede marcar la diferencia entre un sistema eficiente y uno problemático.