Un reciente estudio ha revelado que un volcán desconocido, que entró en erupción en 1831, es responsable de un enfriamiento global significativo durante la Pequeña Edad de Hielo. La erupción, considerada una de las más potentes del siglo XIX, liberó grandes cantidades de dióxido de azufre a la estratosfera, lo que provocó un descenso de aproximadamente un grado centígrado en la temperatura media anual del hemisferio norte. Investigadores lograron rastrear la fuente de esta erupción a través de muestras de hielo de Groenlandia, identificando al volcán Zavaritskii, ubicado en la isla Simushir, parte del archipiélago de las islas Kuriles, una región en disputa entre Rusia y Japón.
Este hallazgo proporciona una nueva perspectiva sobre la actividad volcánica y su impacto en el clima global, y abre un capítulo inexplorado en la historia climática de la Tierra.
Los científicos utilizaron muestras de testigos de hielo para examinar isótopos de azufre y fragmentos de ceniza volcánica depositados entre 1831 y 1834. A través de técnicas de geoquímica y modelos informáticos, lograron establecer una relación entre la erupción de 1831 y el volcán Zavaritskii. Este volcán había permanecido en el olvido, y la última erupción conocida data del 800 a.C., lo que hace que este descubrimiento sea aún más significativo.
La erupción de Zavaritskii tuvo un impacto notable en el clima mundial y contribuyó al enfriamiento que marcó el final de la Pequeña Edad de Hielo. Junto a otras erupciones, como la del monte Tambora en 1815, este evento volcánico provocó condiciones más frías y secas en el hemisferio norte. Las consecuencias fueron devastadoras y resultaron en hambrunas y penurias en diversas regiones, incluyendo India, Japón y Europa.
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El Dr. William Hutchison, autor principal del estudio, enfatiza la necesidad de una mejor vigilancia de los volcanes en áreas remotas. La erupción de 1831 subraya cómo la actividad volcánica en lugares aislados puede tener consecuencias devastadoras a nivel global. La falta de preparación ante tales eventos es un tema que la comunidad científica y la sociedad en general deben abordar.
Este estudio no solo identifica al volcán responsable de un evento climático significativo, sino que también refuerza la importancia de comprender el papel de las erupciones volcánicas en la historia climática de la Tierra. La investigación continúa con el objetivo de desentrañar más información sobre los efectos de la actividad volcánica en el clima y la sociedad, y cómo estos fenómenos pueden influir en el futuro del planeta.