El gobierno chino, liderado por Xi Jinping, ha aprobado la construcción de una imponente central hidroeléctrica en el río sagrado Yarlung Tsangpo, ubicado en la región autónoma del Tíbet, que alberga un tercio de los recursos hídricos del país.
Las centrales hidroeléctricas son fundamentales para la generación de energía renovable y sostenible, ya que aprovechan el flujo del agua, una fuente inagotable bajo condiciones normales. Al producir electricidad sin depender de combustibles fósiles, contribuyen significativamente a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, siendo una herramienta clave en la lucha contra el cambio climático para el gigante asiático.
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La represa en el Tíbet se construirá en un desfiladero que es tres veces más profundo que el Gran Cañón. Según la agencia estatal de noticias Xinhua, este proyecto no solo contribuirá a la transición energética de China, sino que también mejorará la calidad de vida de los tibetanos. Sin embargo, no se han proporcionado detalles sobre la ubicación exacta, el inicio de la construcción o la magnitud del proyecto.
Se estima que la producción de energía hidroeléctrica de esta represa podría triplicar la de la famosa presa de las Tres Gargantas, con un costo total que podría alcanzar los 127.000 millones de dólares. Este tipo de proyectos ha sido parte de la estrategia de Beijing para diversificar sus fuentes de energía, especialmente en una región donde el potencial hidroeléctrico es considerable.
Los grupos de derechos humanos han expresado su preocupación por el impacto ambiental que tendrá la construcción de la represa. Se teme que altere drásticamente el paisaje natural del Tíbet, afectando ecosistemas frágiles y desplazando a comunidades locales. En febrero de este año, se llevaron a cabo protestas en Kamtok, donde los tibetanos se opusieron a una represa que inundaría monasterios budistas históricos.
La organización Tibet Watch ha señalado que la construcción de presas en esta región está afectando hábitats que anteriormente se consideraban entre los menos alterados del planeta. Además, los investigadores han advertido sobre el riesgo de corrimientos de tierra en una zona propensa a terremotos, lo que podría poner en peligro tanto la obra como las comunidades circundantes.
La construcción de la represa también podría reavivar las tensiones entre China e India. El Yarlung Tsangpo, que fluye hacia el estado indio de Arunachal Pradesh, es un punto de disputa territorial. En respuesta a las preocupaciones indias, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China ha afirmado que tiene un "derecho legítimo" a represar el río, asegurando que se han considerado las repercusiones aguas abajo.
A pesar de un reciente acercamiento entre ambos países, la falta de acuerdos prácticos sobre el intercambio de datos hidrológicos sigue siendo un punto crítico. Amit Ranjan, investigador del Instituto de Estudios de Asia Meridional, ha señalado que la expiración de un acuerdo anterior sobre el intercambio de información en 2023 podría complicar aún más la situación.
