Saúl Ñíguez no ha tenido el impacto esperado y deseado en el Sevilla. Más bien todo lo contrario. Su grave lesión a inicios de curso le obligó a parar durante más de dos meses. Y ese freno que tuvo que autoimponerse hasta recuperarse de la rotura muscular también ha obligado a que su entrenador lo tenga con su figura a la hora de disponer de él. Le está costando encontrar nuevamente el ritmo competitivo que necesita un Sevilla con más voluntad que buen fútbol, pero donde todos los jugadores deben correr por encima de sus rivales si quieren que el equipo tenga opciones de éxito. Por esto mismo, el centrocampista ilicitano sólo jugó unos minutos en el Metropolitano, en lo que suponía su vuelta a casa, coincidiendo con la remontada del Atlético , y ni siquiera saltó al campo en el Bernabéu contra el Real Madrid justo antes de las vacaciones. Sí que jugó frente al Celta en Nervión , yendo de menos a más, y demostrando que está en una pretemporada particular para recuperar sensaciones, toque y competitividad. Porque Saúl no sabe jugar a un porcentaje menor del 100% . Es la cultura que ha mamado a las órdenes de Simeone, por lo que se ha visto limitado y ha sufrido por ello. De hecho, se marchó con médicos de su confianza para recuperarse al ver la gravedad de la dolencia. Y le sigue costando. Le ha cogido cierto miedo y no quiere meterse en un túnel de lesiones justo ahora que había salido de otro de malas vibraciones , cuando decidía en verano poner punto y aparte a su etapa en el Atlético. No fue una despedida completa por ese pasó atrás finalmente en el Metropolitano, autorizando sólo una cesión y no una rescisión de contrato del jugador. En el Sevilla están satisfechos con su implicación y a la espera de ver si su rendimiento puede crecer , después de una primera parte de la temporada decepcionante para todas las partes, donde apenas ha podido ayudar por culpa de la lesión y, anteriormente, por distintas sanciones. Todo esto explica la limpieza mental que desea hacer el propio Saúl con este 2025 . Que sea el año de su nuevo despegue y que el Sevilla se convenza de que la mejor opción es ejecutar su continuidad, recogida en el contrato de cesión. García Pimienta no ha ocultado su confianza en el fútbol y liderazgo que debe asumir Saúl en la hierba . De hecho, su sistema está organizado para que jugadores como él puedan desarrollar su mejor versión dentro del esquema del Sevilla , siendo el canalizador del juego, aunque también sea capaz de sumarse a otras tareas más adelantadas. Las ausencias en la zona de creación han obligado a que el entrenador deba mover en exceso el árbol en la medular, generando a veces situaciones donde el Sevilla no va a bien a la presión o se pierde en exceso en la salida de balón . No ha tenido apenas estabilidad en la primera vuelta en esta zona del campo. Las lesiones de Sow y Sambi Lokonga, además de la propia de Saúl , han provocado excesivos desajustes. Al Sevilla le cuesta hacer suya la idea de tener el control del juego mediante la posesión y de presionar muy arriba con las pérdidas. Lo intenta, pero si el rival tiene argumentos, no lo consigue. Saúl sabe que se espera mucho de él. Que el Sevilla hizo un esfuerzo para contar con él en su plantilla y, hasta la fecha, no ha sabido corresponder a esta confianza. Espera que con el nuevo año todo cambie. Quiere tener una proyección nuevamente como futbolista. Que se le reconozca por ese nivel que alcanzó hace unos años con el Atlético y que no ha conseguido que vuelve a verse. Un Saúl más fuerte en lo mental, a sus 30 años, y con mucho fútbol que ofrecerle al Sevilla .