El envejecimiento de la plantilla perruna del Servicio Cinológico de la Guardia Civil es una realidad. Para afrontar esta problemática, el Instituto Armado ha adquirido más de una veintena de nuevos miembros que irán destinados a una unidad que necesita un total de 120 canes al año, según los datos que ha reflejado el Cuerpo en una memoria justificativa para abordar esta compra a la que ha tenido acceso LA RAZÓN.
El expediente para la adquisición de estos 22 perros de trabajo argumenta que su objetivo es la detección y localización de drogas, explosivos y dinero. El dinero utilizado para ello es el asignado para el Instituto Armado del Fondo de Bienes Decomisados, que está integrado por los bienes, efectos e instrumentos decomisados por sentencia firme en procesos por narcotráfico y otros delitos relacionados.
Y es que el producto de estos bienes está destinado a intensificar las actuaciones de prevención, investigación, persecución y represión de estos delitos, prevención de toxicomanías, asistencia e inserción social y laboral de drogodependientes y cooperación internacional. Con el fin de reducir la oferta de drogas en el mercado ilegal la Mesa de Coordinación de Adjudicaciones, asigna una cantidad anual próxima a los dos millones de euros para la financiación de material y equipos para Unidades de la Guardia Civil.
Para ello se tramita una transferencia de crédito al presupuesto de la Secretaría de Estado de Seguridad, siendo el CITCO la Unidad que realiza la gestión del Fondo, dentro del Ministerio del Interior. El Servicio Cinológico y Remonta para cumplir los objetivos de mantener el orden público, garantizar la seguridad, proteger el libre ejercicio de sus derechos, investigar los hechos delictivos, potenciar la contra el tráfico de drogas y crimen organizado, así como participar en misiones de protocolo nacional e internacional, dispone de un total de seiscientos ocho (608) perros distribuidos en cuarenta y nueve (49) unidades cinológicas territoriales.
La memoria justificativa de la adquisición de estos animales refleja el envejecimiento de las plantillas. La tasa de perros con una edad que supera la media de la vida operativa es de aproximadamente el 15%. Por parte de este Servicio, se estima que la media de vida operativa de un perro de trabajo es de 8 años, siempre y cuando, no sufra enfermedades graves o fallezca.
Además, anualmente causan baja para el servicio noventa (90) perros por motivos de salud. Otro de los factores claves es que cada periodo hay que dotar de estos animales a treinta (30) alumnos de la Guardia Civil que se incorporan a la especialidad mediante la realización del correspondiente Curso de Guía de Perros.
La Guardia Civil estima que el tiempo medio necesario para que un perro sea adiestrado y posteriormente considerado operativo es de aproximadamente entre seis y diez meses. Durante los pasados años no se ha llevado a cabo la adquisición de ningún perro, por lo tanto, se estima que es necesario adquirir ciento veinte (120) perros anualmente para poder atender las necesidades operativas y de enseñanza y reducir la tasa de perros con una edad que supera la media de la vida operativa.
"A la vista de lo anterior, el suministro propuesto se considera el más idóneo ya que está encaminado a disminuir déficit de adquisición planteado, con objeto de paliar las necesidades de reposición y seguir llevando a cabo los cometidos propios de la especialidad", defiende el informe. El importe destinado a esta compra es de 58.999,60 euros. La adjudicataria del mismo ha sido Villalazan Centro Canino S.L. aunque se presentó otra oferta.
El informe del Instituto Armado señala que los perros adquiridos tienen que ser de las razas de pastor alemán, pastor belga manilois y labrador retriever. El objetivo es por su "resistencia física y su capacidad olfativa".