La trágica muerte de Liam Payne, el pasado 16 de octubre en Buenos Aires, continúa generando titulares mientras avanza la investigación judicial. El cantante británico, conocido por ser integrante de One Direction, falleció tras caer del balcón del tercer piso del hotel CasaSur, en el barrio porteño de Palermo. Este viernes 3 de enero, Braian Paiz, ex camarero de 24 años, fue detenido bajo cargos de suministro de estupefacientes a Payne en los días previos a su fallecimiento.
La jueza Laura Graciela Bruniard, a cargo del caso, había emitido una orden de prisión preventiva para Paiz y otro implicado, Ezequiel Pereyra, empleado del hotel CasaSur. Mientras Paiz fue capturado por la Policía de la Ciudad, Pereyra permanece prófugo. Ambos enfrentan embargos de $5 millones y cargos por suministro de estupefacientes a título oneroso, delito que podría llevarlos a cumplir entre 4 y 15 años de prisión.
Los investigadores señalan a Braian Paiz como la persona que suministró drogas a Liam Payne en dos ocasiones, el 14 y 15 de octubre. Las pruebas incluyen chats y videos de cámaras de seguridad. Según fuentes judiciales, "En los mensajes, Paiz ofrecía bolsitas de cocaína al cantante, quien se trasladó en taxi para recoger la sustancia". Tras su detención, Paiz enfrenta una acusación por su presunta participación activa en los eventos que llevaron al fatal desenlace.
Por su parte, Ezequiel Pereyra, empleado del hotel, es acusado de haber entregado cocaína a Liam Payne horas antes de su muerte. "En los videos se observa a Pereyra trabando la puerta del ascensor para realizar la entrega", revelaron fuentes del caso.
Además de Paiz y Pereyra, otras tres personas han sido procesadas. Roger Nores, empresario que acompañó a Payne en Buenos Aires, fue imputado por homicidio culposo y facilitación de estupefacientes. Aunque no enfrenta prisión preventiva, tiene un embargo de $50 millones y prohibición de salir del país. Asimismo, la gerenta del hotel, Gilda Martín, y el encargado, Esteban Grassi, enfrentan cargos por homicidio culposo tras no haber brindado la asistencia adecuada a Payne durante su estadía.
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Los exámenes toxicológicos realizados a Payne indicaron rastros de alcohol, cocaína y un antidepresivo en su organismo en las 72 horas previas a su muerte. Según los peritos, el cantante estaba en un estado de disminución de conciencia cuando cayó desde el balcón de su habitación, lo que descartaría una acción voluntaria o consciente.
“La víctima no llegó a adoptar una postura refleja para protegerse en la caída, lo que sugiere un estado de inconsciencia al momento de precipitarse”, detalla el informe oficial.
