La Organización de Estados Americanos (OEA) ha manifestado su firme rechazo a la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo, quien fue secuestrado por el régimen chavista el 8 de diciembre. La OEA exige su liberación inmediata, calificando el hecho como un crimen de lesa humanidad.
La situación de Gallo ha generado preocupación en la comunidad internacional, que observa con atención las violaciones a los derechos humanos en Venezuela. La OEA, a través de un comunicado, ha instado a las autoridades venezolanas a respetar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos, incluidos los extranjeros.
El gendarme argentino Nahuel Gallo fue detenido en Venezuela bajo circunstancias que han sido calificadas de arbitrarias. Según informes, su arresto se produjo en un contexto de creciente represión por parte del régimen chavista, que ha intensificado sus acciones contra opositores y críticos del gobierno.
Luis Almagro, afirmó que la detención de Gallo representa una violación flagrante de normas internacionales, incluyendo la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, al haber sido incomunicado y privado de asistencia consular y legal. “Estos hechos son una prueba más de la violación sistemática de los derechos humanos fundamentales por parte del régimen venezolano”, aseveró.
La OEA ha señalado que la detención de Gallo no solo es un ataque a un ciudadano argentino, sino que también representa un ataque a la soberanía de los países de la región. La organización ha instado a los gobiernos de América Latina a unirse en la defensa de los derechos humanos y a condenar las acciones del régimen de Maduro.
La condena de la OEA ha sido respaldada por varios países de la región, que han expresado su preocupación por la situación de los derechos humanos en Venezuela. Gobiernos de América Latina han manifestado su apoyo a la liberación de Gallo y han exigido el respeto a los derechos de todos los ciudadanos, independientemente de su nacionalidad.
Organizaciones de derechos humanos también han alzado la voz en defensa de Gallo, pidiendo a la comunidad internacional que tome medidas concretas para presionar al régimen venezolano. La situación de Gallo se ha convertido en un símbolo de la lucha por la justicia y la defensa de los derechos humanos en la región.
