Con el fin de hacer un buen uso de nuestros recursos energéticos es importante estar concienciados de las consecuencias que acarrean nuestros actos. Por ejemplo, con el gélido clima que nos trae el invierno, es frecuente encontrara viviendas que abusan de la calefacción superando los 23ºC en el termostato, lo cual no es sano ni para nuestro bolsillo ni para nuestra salud. Es por eso que, ante el desconocimiento de este tipo de variables, el ahorro energético es el motor de una factura acorde a nuestra actividad, sin dispendios ni derroches excesivos.
Aunque, en la práctica, no se trata de llevar a rajatabla todas estas recomendaciones, aún siendo lo óptimo, pero sí de ir implementando la mayor cantidad de las mismas en nuestra rutina. Y es que aunque pensemos que, en un principio, no desperdiciamos tanto recursos como creemos, el malgasto de los mismos se produce de forma inconsciente por diversos hábitos que llevamos a cabo en el día a día. Por tanto, ante esta disyuntiva, surgen ciertas dudas que hay que aclarar para comprender lo ya mencionado.
Un claro ejemplo es el eterno debate de si es mejor, cuando nos duchamos o nos lavamos los dientes, dejar correr el agua durante todo el desarrollo de la acción o abrir y cerrar el grifo cada vez que lo vayamos a utilizar. La realidad es que entorno a esta cuestión y otras parecidas, como el empleo de la calefacción, existen varios mitos que hay que desmentir, por lo que, antes de darle una respuesta viable a dicha pregunta he aquí una serie de recomendaciones para solventar el desperdicio del agua en los hogares y equilibrar la balanza con nuestros malos hábitos.
Existen múltiples formas de fomentar el ahorro energético del agua que pueden compensar los derroches que llevamos a cabo en algunas actividades del día a día como ducharse:
Se estima que cada minuto que se pasa en la ducha con el agua corriendo supone una cantidad de 12 litros de desperdicio. Por tanto, lo más recomendable, es cerrar el grifo cuando no lo estemos usando, cuando nos enjabonamos, y abrirlo en el momento preciso de su uso. No obstante, hay algunas excepciones ya que si ese agua se va a reciclar, para los ejemplos vistos antes, no es un mal mayor el de dejarla correr pero hay que poner un recipiente que guarde esa cantidad. Para lavarnos los dientes, el consejo es exactamente el mismo, si se quiere se puede reutilizar pero lo más óptimo es cerrar el grifo cuando no lo estemos usando.