Año 1919. Un inventor zaragozano, José Álix Martinez , patenta un modelo de olla para acortar el tiempo de cocinado al que denomina 'Express'. Con él, la cocina doméstica y profesional cambiará para siempre. Los efectos de las presiones altas sobre los alimentos ya habían sido estudiadas en profundidad por científicos como Denis Papin , que ya diseñó un primitivo artilugio con el que demostró su efectividad en 1681. Detrás de este cacharro de cocina hay varias curiosidades. La principal fue el embrollo judicial por la disputa del invento en cuestión después de que Álix cediera la patente al industrial Camilo Bellvis Calatayud en 1924. Esta familia fabricó durante décadas el único modelo disponible en España hasta los años 50 y se ha visto envuelta en otros pleitos por atribuirse la invención de otros objetos tan populares como la fregona –cuya primera patente fue del ingeniero y oficial del Ejército del Aire, Manuel Jalón Corominas , exsocio de Bellvis–. En 2009, y curiosamente por iniciativa de este último, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón resolvió a favor de la memoria de Álix. Este ilustre aragonés y Bellvis vendían personalmente los primeros modelos de esta olla –cuya tapa se ajustaba contra el borde empujada directamente por la presión de su interior y asegurada por una tuerca de mariposa–. Lo acompañaba de un folleto con 360 recetas que acabaron formando parte del primer libro de cocina con olla express , publicado en 1924 y firmado por Bellvis. Después llegarían otras marcas emblemáticas como Laster, fabricadas en Bilbao, o Magefesa con su popular modelo ' Super cocotte '.
