La vida hecha juego. Otra vez. Como si el tiempo no hubiera pasado, pero con nuevos retos, reglas y trampas. Hace tres años reflexioné sobre el paralelismo entre El Juego del Calamar y la situación político-social en España. Ahora, con el estreno de la segunda temporada de esta distopía televisiva, toca revisar si algo ha cambiado. Spoiler: todo sigue igual. La serie, al igual que nuestra realidad, parece condenada a repetirse.