A la vigésima, tampoco. Gael Monfils no había derrotado nunca a Novak Djokovic y así seguirá siendo, al menos de momento, después de los octavos de final del ATP 250 de Brisbane. El serbio se impuso por un doble 6-3 y logró así la victoria número 20, en el mismo número de partidos, contra el veterano francés. El carismático Monfils alguna vez estuvo cerca de ganar al mejor tenista de la historia, especialmente en las semifinales de Dubái 2020, en las que desperdició hasta tres pelotas de partido en el tiebreak del segundo set, para terminar cediendo por 2-6, 7-6 (10/8) y 6-1; pero esta vez se quedó lejos. A Nole le espera ahora el gigante estadounidense (2 metros, 11 centímetros) de 27 años Reilly Opelka, que juega con ranking protegido después de estar dos años fuera de las pistas por sus problemas con las lesiones (reapareció en julio del año pasado). Nunca se han enfrentado antes.
Djokovic busca su primer título desde las Nitto ATP Finals disputadas en noviembre de 2023. En el año que acaba de terminar no levantó ningún trofeo del circuito habitual, algo que no ocurría desde 2005, pero fue feliz porque logró conquistar el oro olímpico que tanto deseaba en una final contra Carlos Alcaraz en la que mostró un nivel superlativo.
De hecho, a finales de 2024 ya decidió descansar y aunque tenía plaza, no acudió al Torneo de Maestros para defender su corona. El serbio, con novedades en su equipo como la contratación de Andy Murray como entrenador, afronta 2025 con energía renovada y con la idea de seguir sumando Grand Slams al récord de 24 que ya tiene. El desafío es superar a los tenistas que le están plantando cara: Sinner le derrotó los dos partidos del curso pasado, las semifinales de Open de Australia y la final de Shanghái; y Alcaraz, aunque perdió la final olímpica, le ganó con facilidad la de Wimbledon. El “bajón”, y nótense las comillas porque para casi cualquier otro tenista hubiera sido un buen año, hizo caer a Djokovic unos puestos en el ranking. Ahora es el siete del mundo y aunque levantara el título de Brisbane no podría escalar.
Eso hace que los duelos estrella para la primera gran cita del año, el Open de Australia (del 12 al 26 de enero), puedan llegar antes de tiempo. Alcaraz es el tres de la clasificación y por tanto podría haber un enfrentamiento con Djokovic en los cuartos de final. Sinner es el uno, por tanto también podría haber un Alcaraz - Sinner en semifinales, en lugar de en la final, aunque hay uno de los jugadores “top” que está pendiente de una lesión en el brazo: Alexander Zverev, el número dos del mundo, lo que haría que Carlos sí accediera el torneo como segundo cabeza de serie. Esto supondría que su cara a cara con Sinner sólo podría ser en la final, pero no evitaría un posible duelo prematuro con Novak. Eso son las posibilidades, luego todo dependerá del sorteo.
Djokovic está acostumbrado a llegar en el podio a la que es su cita preferida, el Grand Slam que ha ganado más veces, hasta diez. En 2024 lo hizo como número uno, pero fue frenado por Sinner en semifinales. En 2023 ganó el título, aunque llegaba como cinco del mundo (pero era el cuarto cabeza de serie porque Alcaraz no jugó por lesión). En 2022 era el líder de la ATP, pero fue expulsado del país en unos días esperpénticos por no estar vacunado contra el COVID. En 2021 también llegó con el 1, como en 2019; mientras que en 2020 era el dos: esas tres veces levantó la copa. En 2018 sí estaba un poco más lejos en el ranking, el 12 (en 2017 lo pasó mal por las lesiones y tuvo que ser operado en el codo derecho), y perdió pronto en el sería el último título de Grand Slam de Roger Federer. El suizo alcanzó la cifra redonda de 20, que después sería superada por los 22 de Nadal y los 24 de Djokovic.
