J
an Laporta ha desarrollado habilidades propias del gran
Houdini, el mago de los trucos de escape, para superar los límites del ‘fair play’ financiero de
LaLiga. Contaba el presidente del
Barça con la complicidad de
Javier Tebas, presidente de la patronal, obligado a ayudar a todos sus asociados dentro de la legalidad. Pero el escenario ha cambiado. A
Athletic,
Sevilla y
Atlético no les gustan los juegos de magia y han presionado a
Tebas para que sea rigurosamente estricto con el
Barça. La improvisación ha llevado a vender los palcos VIP del nuevo
Spotify Camp Nou en un mercadeo poco entendible en un club de la importancia del
Barça, todo para intentar antes del 3 de enero inscribir a
Dani Olmo y
Pau Víctor en una operación en estos momentos sustentada en la fe.
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