“Hemos decidido de manera concertada la retirada de las fuerzas francesas de Costa de Marfil”. Con esta frase anunció Alassane Ouattara, presidente de Costa de Marfil, en su discurso de fin de año, que el campamento francés de Port Bouet pasará a manos de las fuerzas armadas marfileñas en enero de 2025 y se llamará en adelante Campamento General Ouattara Thomas dAquin. El nuevo nombre hace honor a uno de los líderes militares más reconocidos del país africano, y Costa de Marfil se convierte así en el tercer país en el último mes y medio en anunciar una retirada francesa de sus territorios. Senegal y Chad hicieron anuncios similares el pasado mes de noviembre.
El presidente marfileño, que cumplirá 83 años este miércoles, dijo en su discurso que “podemos estar orgullosos de nuestro ejército, cuya modernización es efectiva” y no considera necesario una presencia francesa como la que lleva ocurriendo desde que el propio Ouattara, en comunión con el entonces secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, solicitó ayuda a París en el contexto de la segunda guerra civil marfileña (febrero-abril 2011). Poco más de 1.500 tropas galas participaron activamente en los combates y han permanecido en Costa de Marfil desde entonces, con el objetivo de garantizar la seguridad del gobierno de Ouattara y entrenar a las fuerzas armadas marfileñas. En este tiempo, el ejército marfileño ha conseguido posicionarse en la segunda mejor posición de África Occidental, sólo por detrás de Nigeria, según el ranking publicado anualmente por Global Firepower.
El inesperado anuncio tuvo lugar escasos días después de ocurrir el enésimo conflicto diplomático entre Níger y Costa de Marfil, donde la junta militar nigerina acusaba al gobierno marfileño de colaborar con Francia en acciones dirigidas a desestabilizar su territorio. Concretamente, se les acusó de entrenar a disidentes nigerinos con el fin de expulsar del poder al general Abderramán Tchiani (que accedió al poder tras el golpe de Estado ocurrido en julio de 2023). El Estado Mayor de las fuerzas armadas marfileñas emitió en respuesta un comunicado donde rechazaba las acusaciones “formuladas sin ninguna prueba” y exigieron “que las autoridades nigerinas se centren en sus objetivos de seguridad que, lamentablemente, están, por el momento, lejos de cumplirse”.
¿Significa el anuncio de Ouattara una ruptura con Francia, igual que ocurrió en los últimos años en Mali, Níger y Burkina Faso? No. Nadie duda que las relaciones entre Francia y Costa de Marfil, o mejor, entre Francia y Ouattara, son excelentes. No sólo porque Ouattara se casó con una mujer francesa en una ceremonia oficiada por Nicolas Sarkozy, sino porque el presidente marfileño debe su gobierno a la intervención francesa de 2011. Esta retirada francesa “concertada” sigue una línea que ya fue anunciada por Emmanuel Macron en noviembre de 2022. Entonces, una nota de prensa publicada desde el Elíseo indicó la intención de los franceses de “reducir la visibilidad de las fuerzas militares en África para centrarse en la cooperación y el apoyo en términos de equipo militar, inteligencia y un partenariado operacional”. Macron aseguró entonces la necesidad de “adaptarse a los nuevos tiempos” y facilitar una “movilización más integral” de las fuerzas involucradas.
Tal es así, que medios afines a la Confederación de Estados del Sahel (formada por Mali, Níger y Burkina Faso), contraria a Francia en cualquier aspecto posible, dudan de la veracidad del anuncio de Ouattara en el plano efectivo, y consideran la retirada francesa como una “coartada” para eludir las acusaciones proferidas por Níger, pero también por las juntas militares de Mali y de Burkina Faso.
Otro anuncio importante de fin de año vino dado de la mano de Bassirou Faye, presidente de Senegal, que anunció en su caso la retirada de todas las fuerzas militares extranjeras presentes en territorio senegalés. Aunque esta es una realidad que llevaba rumoreándose desde hace varios días, y hace más de un mes desde que se anunció la retirada de las tropas francesas en Senegal, Faye quiso remarcar que todas las fuerzas extranjeras deberán retirarse en 2025. Esto incluiría a la misión española en Dakar, conocida como el Destacamento Marfil, que lleva operando desde 2013 en la capital senegalesa para dar cobertura a otras misiones europeas en al región. El Destacamento Marfil ya experimentó un repliegue parcial en el pasado mes de julio, según el Ministerio de Defensa, “para optimizar recursos tras la disminución de las actividades por el cierre de EUTM-Malí”. LA RAZÓN ha contactado con el Ministerio para conocer la suerte que correrá la misión, pero la respuesta fue que “no tenemos información sobre este tema”.
Costa de Marfil, Senegal… y Chad, que también anunció en noviembre que daría comienzo a un repliegue de las tropas francesas acantonadas en el país. La retirada deberá completarse el 31 de enero y ya se ha hecho entrega de las primeras bases francesas a las fuerzas armadas chadianas. Entonces, los chadianos negaron que acudirían a terceras naciones en cuestiones de cooperación militar, donde la sombra rusa planeaba, pero recientemente se han conocido nuevos acuerdos en esta materia con Turquía, que hace varios años que se ha posicionado como uno de los mayores proveedores de armas en Chad.
En un contexto donde cualquier gesto que pueda percibirse como antifrancés se define como tal, deben entenderse las diferencias que remarcan las distintas retiradas francesas de los territorios africanos. Mientras que lo sucedido en Mali, Níger y Burkina Faso pueden entenderse como expulsiones propiamente dichas, no es lo mismo lo ocurrido en Senegal, Chad y Costa de Marfil. En Senegal, país que nunca ha vivido una guerra o un golpe de Estado, la retirada de tropas extranjeras casa con el discurso soberanista del actual gobierno, que busca aumentar sus cuotas de independencia respecto a las naciones europeas. En Chad, la retirada responde a la incapacidad de las tropas francesas de hacer frente a los múltiples frentes a los que se enfrenta el gobierno (ya sean grupos rebeldes del norte del país, o grupos terroristas afincados en el sur, en la región del lago Chad). El caso marfileño parece responder a la estrategia anunciada por Macron en 2022 y citada previamente en este artículo, cuando el mandatario francés reconoció que en pleno siglo XXI no es viable seguir las mismas dinámicas del siglo XX.
En un contexto africano donde la aparición de nuevas naciones en el panorama de las relaciones internacionales (Rusia, China, Emiratos Árabes Unidos, Turquía…), la supervivencia de las relaciones francesas y europeas exigen cambios de rumbo que se adapten a la actualidad. Lo que queda claro es que Francia ha pasado en dos años y medio de contar con tropas en Mali, Níger, Burkina Faso, Chad, Senegal y Costa de Marfil, a no tener tropas en ninguno de estos países. Un cambio de paradigma histórico que afectará indudablemente al futuro de África Occidental.