“Hasta aquí”. Esas dos palabras aún resuenan en el Palacio de Fuensalida desde que fueran pronunciadas el pasado 31 de julio tras conocerse el pacto alcanzado por el PSC y Esquerra Republicana de Cataluña para facilitar la investidura de Salvador Illa a cambio de un concierto fiscal para aquella comunidad autónoma.
Las dijo Page con una rosa en la mano, símbolo del socialismo. Y ayer mismo, esta semana que ahora concluye, insistía con lo mismo en el acto de clausura del Año del Deporte en Castilla-La Mancha. “Estamos preparados para seguir dando batallas en 2025… La batalla contra la desigualdad y el privilegio”.
El mar de fondo es una financiación autonómica que se ha vuelto claramente insuficiente para sufragar todos los servicios públicos que presta la administración regional. Por ello, Page entiende que no puede haber clases ni distinciones entre unos españoles de primera y otros de segunda.
En este sentido, se acerca mucho a las posiciones que mantienen algunos presidentes autonómicos del Partido Popular. No hay que olvidar la foto que abrió todos los telediarios de España a finales de enero de este año, cuando en Fitur se originó un cónclave improvisado entre Page, Miras, Mazón y Bonilla.
Aunque Emiliano tiene sus propias claves para no aparecer en el mismo grupo que los presidentes del PP. Defiende, por ejemplo, el concepto de armonización fiscal, que los populares intuyen como una subida encubierta de impuestos. En este sentido, Page siempre se ha considerado un socialdemócrata clásico partidario de la redistribución de la riqueza.
Pero es que este año ha habido más ocasiones para el enfrentamiento con el Gobierno de Pedro Sánchez. El último, esta semana a cuenta del trazado del Ave a Lisboa. Un scalextric. Así definió el presidente castellanomanchego el proyecto presentado por Óscar Puente y que defendió ante Alsina el pasado viernes. “Había que sacar esto por lo civil o lo militar y hemos tirado por la calle de en medio”, dijo el ministro en Onda Cero.
Esa calle de en medio presagia un enfrentamiento del tipo Hoces del Cabriel que ya sufriera Borrell con Bono mediados los noventa. La historia en este caso tiene sus propias claves en Castilla-La Mancha y no faltarán nuevos encontronazos allá donde Page crea que los intereses de la comunidad autónoma no están bien preservados.
Una cuestión clave será también la reconstrucción de Letur en Albacete y Mira en Cuenca. Asoladas por la Dana que azotó al Levante, Page hizo esos días un ejercicio verdadero de empatía con las víctimas y arropó en todo lo que pudo la búsqueda de los cuerpos y el consuelo posible en una situación que dejó varios días sin dormir a su equipo.
Ya son varias catástrofes gestionadas en la década que lleva de presidente, y conoce las claves de situaciones complicadas, donde intenta siempre estar presente y mostrar la calidez y afecto humanos que puede ofrecer en la medida de sus posibilidades una administración regional.
Lo que parece claro es que 2025 vendrá con ganas de batalla. Con un congreso regional la tercera semana de enero que lo revalidará como líder indiscutible en la comunidad autónoma, las espadas seguirán en todo lo alto ante el Gobierno central cuando los intereses entren en conflicto.
