El año 2024 ha sido el de la confirmación de Sevilla como ciudad acogedora de grandes eventos. La llegada masiva de aficionados del Mallorca y del Athletic Club de Bilbao –fundamentalmente de este último– en abril para la celebración de la final de la Copa del Rey puso a prueba la capacidad organizativa, al igual que ocurrió hace unas semanas con la procesión magna, el mayor reto al que se había enfrentado la capital hispalense por las multitudes que se preveían, aunque finalmente las expectativas quedaron reducidas. Sevilla tiene ya un notable bagaje que, por otro lado, ha sacado a relucir la 'cara B' de la saturación que está sufriendo. El número de salidas extraordinarias de las cofradías y el...
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