Desde la liberalización del mercado inmobiliario a partir de la decisión del Gobierno de Javier Milei de derogar la Ley de Alquileres en diciembre de 2023, el panorama se ha transformado drásticamente para inquilinos y propietarios.
En este marco, los seguros de caución ganaron popularidad como reemplazo del tradicional garante físico con una propiedad a su nombre para hacerse responsable de las deudas del arrendatario en caso de incumplimiento.
Pero, ¿cómo se puede acceder a esta herramienta? ¿Qué requisitos tiene y cuáles son sus beneficios?
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Un seguro de caución es un servicio que ofrecen algunas aseguradoras y entidades bancarias que permite asumir el riesgo de un tercero en un acuerdo. En sí actúa como un reemplazo del garante inmobiliario que requieren muchos propietarios antes de firmar un contrato de alquiler.
La aseguradora se compromete a indemnizar al propietario si el inquilino no paga el alquiler, las expensas, los servicios esenciales o incluso en caso de ocupaciones indebidas. De esta manera, el contrato brinda certeza de que ambas partes cumplirán con lo pactado.
Si bien la cobertura varía de acuerdo al banco o la aseguradora que otorgue el servicio, todos cubren el monto de alquiler impago, ya que es el principal beneficio del mismo.
Por ejemplo, en Argentina el seguro de caución de propiedades del BBVA incluye las siguientes situaciones:
A pesar de que puede variar, en general el costo de un seguro de caución se limita a uno o dos meses de alquiler y un promedio de las expensas durante la totalidad del contrato.
Si bien no suelen ser económicos, algunos proveedores del servicio permiten financiarlo en cuotas, incluyendo un porcentaje de interés. Sin embargo, lo habitual es abonarlo en su totalidad, previo al inicio del contrato.
De acuerdo con Mercado Libre, en su guía de inmuebles detallan que las grandes aseguradoras suelen solicitar la siguiente información de un inquilino antes de otorgarle este servicio:
Generalmente, para que las aseguradoras otorguen un seguro a un inquilino es necesario que el alquiler no supere un determinado porcentaje (suele rondar el 30%) de los ingresos del tomador.
Este producto no solo beneficia a los inquilinos al eliminar las barreras de las garantías tradicionales, sino que también ofrece tranquilidad a los propietarios. Entre las principales ventajas destacan:
Además, si el contrato de alquiler finaliza antes del plazo establecido, el inquilino puede gestionar la anulación de la póliza presentando la documentación correspondiente. Esto asegura que solo se pague por el tiempo real de uso del seguro.
