"Deberíamos aspirar a la mitad. Minsk debe ser una ciudad buena, accesible, hermosa, una auténtica capital de nuestro país. Todo el mundo se queda asombrado. En primer lugar, según me dicen, por la limpieza de nuestro metro. Debería ser así. El metro es la marca de la capital, su cara. Así que debe haber limpieza".