Una fusión de la exótica estética japonesa
contemporánea con el lujo más acogedor. Elegante pero discreto. Materiales de
alta calidad como la madera, la piedra y los tejidos naturales. Una atmósfera
zen que invita al placer absoluto. Las vistas más inspiradoras de la ciudad de
Barcelona y sus montículos naturales como Montjuic, las arquitecturas
originales de la Sagrada Familia o el mar Mediterráneo. Baños tipo spa, camas
de un confort insuperable, cristales y luz o relax y parsimonia total. Modernas
tecnologías como sistemas de sonido de alta calidad y controles automatizados
para la iluminación o la temperatura. Espacios para el trabajo, para el
descanso, para el goce y el aprovechamiento del tiempo. Sí, todo esto no puede
responder a otra experiencia que el Hotel Nobu de Barcelona.
La ciudad se abre a la mirada desde
cualquiera de sus plantas, y ya no digamos desde la azotea, la más alta de
Barcelona, en el piso 25, que dispone de bar y piscina y que, de noche, se
transforma en un punto de encuentro en que tomar algún aperitivo o un cóctel a
medida que se pone el sol. Estamos hablando de un lugar privilegiado, por sus
vistas panorámicas y porque se sitúa junto a la estación de tren de Sants, a un
instante en transporte público del centro urbano, a escasos minutos en coche del
aeropuerto y muy cerca de la Plaza España y del área de jardines, museos y
centros deportivos de Montjuic, tan atractiva para los turistas.
Realmente, desde la entrada al majestuoso vestíbulo, que cuenta con el bar Kozara, para tomar algo informal, todo en Nobu despierta serenidad y belleza, con sus materiales naturales y orgánicos que tan bien están combinados con refinados matices japoneses. No en vano, uno de sus fundadores es el cocinero de renombre mundial Nobu Matsuhisa, que se alió con el actor Robert De Niro y el productor de cine Meir Teper para fundar una cadena hotelera que en verdad es única y que está presente por todo el planeta: Estados Unidos, Reino Unido, México, España, Marruecos, Grecia, Filipinas y Polonia.
La finura y la modernidad del hotel se
aprecian en cada rincón, con habitaciones de una comodidad y originalidad en su
diseño sobresalientes. El edificio acoge 259 –de las cuales 43 son suites con amplísimos
ventanales– y además hay espacios para eventos, un gimnasio abierto el día
entero y que es el último grito en equipamiento Technogym, y un spa con
piscinas de inmersión, sauna, baño de vapor… El hotel, asimismo, cuenta con
terapeutas especializados y un enfoque en terapias orgánicas de alto
rendimiento, tratamientos personalizados para necesidades específicas y
rituales diseñados para relajar la mente y el cuerpo.
Es más, en Nobu se ofrecen clases de
bienestar gratuitas en los televisores de las habitaciones a través de su socio
Earth + Sky, con imágenes filmadas en lugares hermosísimos de todo el mundo, de
tal modo que el huésped puede elegir, por ejemplo, entre meditar en las
montañas del Atlas o sentirse que está divisando Londres a lo lejos. Unido a
esto, cabe decir que se puede ir acompañado de perro y que se dispone de
un aparcamiento que lleva directamente al hotel.
Pero si le parece que esto es suficiente
para decidir pasar unos días en el lujo más persuasivo y el confort más íntimo,
espere a subir al piso 23, al restaurante, también llamado Nobu, corazón
culinario del hotel y una experiencia gastronómica obligada en la ciudad. En
parte, todo ello es gracias al magistral chef José María Sánchez, que se unió
al equipo barcelonés del hotel tras estar en otros Nobu del mundo. Su menú
degustación es un continuo disfrute para lo sentidos: una mezcla de comida
japonesa y toques locales o hispanoamericanos, aderezada con un ingenio soberbio
para crear sabores de una finura excepcional, como la que brindan platos como
el Yellowtail con jalapeño o el bacalao negro con miso. Por otro lado, el
servicio es de la misma exquisitez que la comida, lo mismo que las vistas y el
ambiente.
Como no podía ser de otra manera, a tenor de la calidad del hotel y de la alta cocina que proporciona, Nobu Hotel ha preparado algo especial para las fiestas navideñas. Así, para quienes deseen despedir el año en este entorno tan sofisticado y, siempre, con Barcelona a sus pies, habrá un menú de Nochevieja que incluirá champán y música en vivo. Se trata del menú Omakase, que consta de nueve pases más postre y que presenta elaboraciones tan jugosas como: ostra con aderezo de maracuyá, sashimi de atún con erizo de mar, bogavante con ponzu trufada o carpaccio de carabinero, más rodaballo con menieur de yuzuy, terrina de cordero lechal, teriyaki de jengibre y pastel de patata con shichimi. El paquete garantiza felicidad completa, con las mejores bebidas y un DJ hasta el amanecer. Y como colofón artístico, cabrá admirar el trabajo del especialista en origami Imakiro, quien ha diseñado un árbol navideño muy especial integrando materiales naturales y orgánicos que harán evocar al visitante la estética japonesa, que le harán recordar por siempre su paso por el hotel Nobu.