El inicio del año está marcado por tendencias que invitan al
descanso, la conexión con lo esencial y el disfrute de lo auténtico. En esta
línea, la Ruta del Vino de La Mancha se posiciona como el destino ideal
para quienes buscan un respiro sin tener que viajar al otro lado del mundo.
Molinos de viento, humedales espectaculares, bodegas con historias que contar y
platos tradicionales, forman parte de una experiencia que combina "slowlife", "mindfulness" y enoturismo en su máxima expresión.
Uno de los elementos más representativos de esta región son
los imponentes molinos de viento. Desde la sierra criptanense hasta el cerro
alcazareño, estos gigantes vigilan los viñedos como centinelas entre la niebla
y ofrecen escenarios de atardeceres inolvidables. La luz de la llanura manchega
transforma cualquier momento en un recuerdo imborrable.
Para vivir esta experiencia, no se pierda la molienda tradicional que se celebra cada primer domingo del mes en Campo de Criptana. Luego, pasee por el Barrio del Albaicín y disfrute de una cena en Restaurante Las Musas, donde las vistas de la Sierra de los Molinos se combinan con una propuesta gastronómica excepcional. Otra opción es la Cueva La Martina, donde platos como gachas manchegas o judías con perdiz acompañados de un buen tinto local le harán disfrutar del frío de la mejor manera.
El invierno trae consigo la llegada de los patos y las grullas a los humedales de la Mancha Húmeda, una región que se viste de rosa pálido gracias a los tarayes. Este paisaje es perfecto para los amantes del "birdwatching" y quienes buscan un contacto profundo con la naturaleza.
Algunos puntos imperdibles incluyen:
-Parque Nacional Las Tablas de Daimiel, donde se pueden observar grullas que huyen del invierno nórdico.
-Lagunas de Ruidera, con rutas que atraviesan dehesas y conducen al majestuoso Castillo de Peñarroya.
-Laguna de Salicor en Campo de Criptana y el complejo lagunar de Alcázar de San Juan.
Aquí podrá ver especies como patos colorados, garzas imperiales y águilas pescadoras. Para quienes deseen explorar de forma guiada, agencias como Saber Sabor, Don Quixote Tours, Selfie Tour, y Viajes Parra Tour ofrecen experiencias que combinan naturaleza y enoturismo.
La Ruta del Vino de La Mancha alberga 19 bodegas a lo largo
de 11 paradas, ofreciendo un abanico infinito de experiencias. Desde catas de
las nuevas añadas hasta talleres en el Museo Torre del Vino de Socuéllamos,
este destino permite descubrir la esencia de la cultura vitivinícola manchega.
Actividades destacadas:
La Ruta del Vino de La Mancha es una invitación a desconectar del ritmo frenético y reconectar con uno mismo. Ya sea a través de su gastronomía, sus paisajes o sus vinos, este rincón de La Mancha envolverá al visitante con su magia.