México tiene más de 500 millones de litros de tequila en inventario, casi tanto como su producción anual, ya que la industria, que tiene un rápido crecimiento, se enfrenta a una desaceleración de la demanda y a la perspectiva de aranceles a las exportaciones a Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump.A finales de 2023, la industria tenía 525 millones de litros de tequila en inventario, ya sea añejándose en barriles o esperando a ser embotellado, de acuerdo con los datos que el Consejo Regulador del Tequila compartió con Financial Times. De los 599 millones de litros que se produjeron el año pasado, alrededor de una sexta parte permanecía en inventario, revelan las cifras.“Se está destilando mucho más licor de lo que se vende, y los inventarios empiezan a acumularse”, dijo el analista de Bernstein Trevor Stirling, atribuyendo la acumulación a la caída de la demanda y a la nueva capacidad de destilación que recién comenzó a operar en México. “La industria del tequila está preparada para un 2025 muy turbulento”.La sed de los estadunidenses por la bebida nacional de México creció rápidamente durante la última década a medida que la bebida empezó a consumirse de forma generalizada en EU, en parte gracias a marcas respaldadas por celebridades como Casamigos, de George Clooney.Pero en los últimos 18 meses la demanda cayó a medida que el auge de los licores durante la pandemia disminuyó y los consumidores redujeron su consumo en respuesta a los precios más altos.La cantidad de licores vendidos en EU en los primeros siete meses del año se redujo 3 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con el proveedor de datos de bebidas IWSR. El consumo de tequila cayó 1.1 por ciento respecto al aumento de 4 por ciento en 2023 y un alza de 17 por ciento en 2021, el punto álgido del auge del tequila.Aunque parte del inventario está en proceso de añejamiento, en lugar de solo esperar a ser embotellado, el tequila se evapora con rapidez en comparación con otros licores añejos, en parte debido al clima cálido de México, lo que significa que la mayor parte de la bebida no se deja en barriles más de tres años.Para agravar los problemas de la industria, Trump amenazó a México, el mayor socio comercial de EU, con un arancel de 25 por ciento sobre sus productos. Eso sería devastador para la industria y para la economía de México, que depende de su vecino del norte para comprar 83 por ciento de sus exportaciones.“Sería darse un tiro en el pie porque sus consumidores tendrían que pagar mucho más”, dijo el presidente del Consejo Regulador del Tequila, Ramón González.Dos tercios de todo el tequila producido en México se exportaron en 2023, y 80 por ciento de esa cantidad se envió a EU, según el grupo, que garantiza que los productos cumplan con las especificaciones y protege la denominación de origen de la bebida.Los mercados de exportación del tequila más importantes después de EU el año pasado fueron España y Alemania, que representaron 2 por ciento cada uno.González dijo que hay preocupación por los posibles aranceles, pero minimizó su probabilidad, señalando la mayor inversión en tequila por parte de las empresas estadunidenses y las amenazas de Trump que no se materializaron durante su mandato anterior.“Cuando era presidente dijo exactamente lo mismo, que habría aranceles”, señaló, y añadió: “No solo no impuso impuestos a las bebidas alcohólicas, sino que los bajó”, dijo, refiriéndose a la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos de 2017, que bajó las tasas de impuestos sobre el alcohol producido o importado a Estados Unidos.Dos de las marcas de tequila más importantes, Patrón, propiedad de Bacardi, y Casamigos, de Diageo y que cotiza en la bolsa de Londres, tienen más de un año reduciendo los precios en respuesta a una menor demanda de los consumidores, de acuerdo con una investigación de Bernstein.Al mismo tiempo, los productores de tequila se beneficiaron de los precios más baratos de las materias primas, incluido el agave, la planta a partir de la cual se elabora el tequila.“Hay un exceso de oferta en este momento de varias veces lo que necesita la industria, y probablemente algunas de estas plantaciones no se venderán si se observan las cifras de la industria”, señaló González.El precio del agave se desplomó de unos 30 pesos por kilo a entre seis y ocho pesos para los proveedores con contratos, o tan bajo como dos pesos en el mercado al contado, según productores y agricultores.“Sería un gran golpe para la economía de la categoría si el beneficio financiero de la caída de los precios del agave se viera superado por las guerras de precios de los productos de gama alta”, dijo Stirling.
