Las capacidades marítimas de Rusia están en entredicho después del último incidente del carguero Ursa Major frente a las costas españolas. Mientras se suceden el cruce de acusaciones que hablan de ataques terroristas o fallos técnicos. A ello se une que los últimos cambios en Siria han puesto en peligro su base naval de Tartus que es clave para apoyar sus campañas en todo el continente africano. El experto en Rusia, Mark Galeotti, aseguró a 'Al Jazeera' que Siria proporciona a Moscú una plataforma de operaciones vital, que le permite eludir las restricciones de Turquía. «Sin esa base, la única manera de proyectar poder naval en el Mediterráneo es a través del Báltico, lo que no es ideal». Además, varios de esos barcos pertenecen a la flota fantasma que ha intentado eludir las sanciones desde el comienzo de la guerra de Ucrania. Unas naves que se mueven cerca de las aguas de España y que están exhibiendo errores que pueden terminar siendo un problema para todos. Por eso no es de extrañar que el portavoz de la Armada ucraniana, Dmytro Pletenchuk, señalara este 24 de diciembre, que Rusia tiene «problemas sistémicos» con el mantenimiento de su flota. Del carguero Ursa Major se sabe que estaba sancionado y que se hundió en el mar Mediterráneo, concretamente en aguas internacionales entre España y Argelia, el 23 de diciembre. Se ha informado que se produjo una explosión en la sala de máquinas que hizo que el barco escorase. Y fue un buque militar ruso el que dirigió la operación de rescate. Catorce de los tripulantes fueron llevados al puerto de Cartagena, mientras otros dos siguen desaparecidos , según el Ministerio de Defensa ruso. El medio independiente ruso Mediazona ha indicado que el barco había sido utilizado durante años para transportar suministros para las operaciones militares de Rusia en Siria. Había partido de San Petersburgo con destino oficial en Vladivostok y si bien e l capitán del barco dijo que los contenedores estaban vacíos, nadie pudo comprobar la veracidad de esta afirmación . Y la patrullera de la Armada española que se encargaba inicialmente de las labores de rescate tuvo que transferir el control de los trabajos de rescate a Moscú. Asimismo, la inteligencia militar de Ucrania dijo que un barco ruso llamado Sparta enviado a Siria para sacar equipo militar ruso también se había averiado y estaba a la deriva en el Mediterráneo . Oboronlogistka, la empresa propietaria de ambos buques, indicó que Ursa Major solo trasladaba equipos para la «implementación de tareas estatales para el desarrollo de la infraestructura portuaria y la Ruta del Mar del Norte». En cambio, Anton Gerashchenko, asesor de asuntos internos de Ucrania, señaló en redes sociales que los analistas dijeron que el buque transportaba «escotillas para el reactor nuclear del rompehielos nuclear del Proyecto 10510 y dos grúas móviles portuarias». El analista de OSINT, Oliver Alexander, escribió en redes sociales que esta pérdida «es un golpe masivo para las operaciones rusas en Vladivostok«. En cuanto a la causa del fallo , el grupo Oboronlogistka informaba a RIA Novosti que el buque mercante ruso Ursa Major, fue alcanzado por un «ataque terrorista selectivo», pero no aportó pruebas al respecto. Cabe destacar que pocos días antes a estos incidentes, el 15 de diciembre, se registraron dos accidentes de petroleros con bandera rusa, el Volgoneft 212 y el Volgoneft 239. Estos cargueros quedaron atrapados en una tormenta en el estrecho de Kerch, entre Krasnodar y Crimea. El segundo quedó a la deriva hasta encallar en el puerto de Tamán y el primero terminó partiéndose y derramando petróleo en el mar Negro. Provocando un enorme problema medioambiental. Solo un día después, el petrolero ruso Mercury perdió propulsión por un fallo en su motor principal, en la región de Sakhalin, al extremo oriental de Rusia. Las zonas de problemas es amplia, porque los datos del rastreador de incidentes marítimos del Washington Institute mostraron que los hutíes también han estado atacando en el Mar Rojo a petroleros cargados en Rusia . Es el caso de Chios Lion y el Bentley I, así como el petrolero Huang Pu, «su nombre cambió en junio, y fue atacado en marzo, y el petrolero de bandera panameña Andromeda Star, que forma parte de la flota fantasma que transporta petróleo ruso, se convirtió en un objetivo en abril, probablemente en ambos casos debido a sus vínculos pasados con el Reino Unido. Y el petrolero de bandera panameña Wind (IMO 9252967), que tiene antecedentes de transportar petróleo ruso y venezolano, fue atacado en mayo por razones poco claras», indica Washington Institute. La jugada del Kremlin es que estos intercambios se producen a partir de las 12 millas náuticas de la costa, donde empiezan las aguas internacionales y se realizan entre barcos que operan no con bandera rusa, sino con banderas de conveniencia o de paraísos fiscales , como Panamá o Liberia. Otra práctica de la que informa 'Foreign Policy', es que un buque con sanciones a dopte el nombre y el número de registro de un buque viejo que espera en el desguace , para así seguir circulando libremente bajo esta nueva identidad. Y también Jorge León, vicepresidente sénior de Rystad Energy, comentaba a ABC que se puede hacer una especie de 'rebranding', que consiste en mezclar crudos de distinta procedencia- es como lavar el dinero al final del día- le cambias de nombre, y lo vuelves a vender a Europa. Como ya nos trasladaban técnicos de Vortexa, el velo de secretismo de los trasvases y la dificultad de su geolocalización, en especial por el uso de viejos buques petroleros tiene sus peligros. Algunas de sus rutas, como indicaban técnicos a ABC, desde el comienzo de la guerra en Ucrania se mueven cerca de Ceuta. Y estas embarcaciones pueden llegar a tener una antigüedad de 26 años. Son amasijos de hierro rescatados de la jubilación, y eso para los especialistas aumenta la preocupación por unas operaciones que pueden dar lugar a un vertido o a problemas de seguridad.
