En estos días navideños casi todo el mundo envía o recibe mensajes con deseos de un próspero año 2025, lo cual no deja de ser una tradición. Me pregunto si esos mensajes también los reciben nuestros políticos de otros gobernantes o de instituciones como el FMI, OCDE, Banco de España, Comisión Europea o el INE, entre otros, pues una vez finalizado el año 2024, toca llamar a la puerta del oráculo económico para hacer previsiones de lo que está por llegar a nuestra economía, que ha sido la que mayor crecimiento ha tenido en 2023 y 2024 y la que, si las cartas del tarot económico no fallan, también lo será de toda la UE en 2025, medido por el crecimiento del PIB del 2,5% del que la mitad podría llegar de los fondos NextGen. Todo ello impulsado por la esperada rebaja de tipos y la mejora de la confianza de las familias que impulsarán el consumo privado..
Si sólo medimos el PIB para pronosticar el éxito económico quizás nos estemos fijando en el escaparate sin analizar qué hay dentro del establecimiento, igual es un espejismo, fruto de la cirugía estética que oculta los verdaderos problemas de salud que tiene nuestra estructura económica, pues seguimos con la mayor tasa de paro de los países avanzados, una productividad por empleado baja y que se estima será menor el año que viene, unos salarios que apenas permiten llegar a final de mes a muchas familias cuya tasa de ahorro disminuye, contratos precarios que no aportan certidumbre a los hogares, un gasto público creciente que obligará a recaudar más impuestos para conseguir el objetivo de déficit y una deuda pública que no hace más que crecer y que se maquilla al medirla respecto del PIB.
Si cogemos el crecimiento de la deuda en los últimos 5 años, suma un total de más de 400k millones, lo que implica que cada ciudadano se ha endeudado en 8.000 euros más y el PIB per cápita ha crecido sólo 5.700€, junto al aumento de la recaudación fiscal lo que supone menos renta disponible para las familias. Algo debe estar fallando porque nadie pide 8k en deuda para obtener 5,7k en renta, sería algo tipo "revolving". Algo no cuadra en las cuentas del Gran Capitán, pues si quitamos el efecto de los fondos europeos, la situación es mucho peor, y la pregunta que debemos hacernos es hacia donde va el dinero de las cuentas públicas.