El Parque Rodó, uno de los espacios recreativos más emblemáticos de Montevideo, se prepara para un cambio significativo en su sección de atracciones infantiles. Según declaraciones de Pablo Lotito, vocero del parque, se implementarán nuevas atracciones que se alinearán con una delimitación más clara por edades. Este rediseño tiene como objetivo mejorar la experiencia de los visitantes, estableciendo áreas específicas para diferentes grupos de edad.
Lotito comentó que, en las modificaciones futuras, se buscará que cada sector del parque sea más accesible y cómodo tanto para los niños como para sus cuidadores. “Lo que tenemos pensado es definir la parte de las edades del parque. Lo de antes, que estabas un poco en la duda de las edades, sobre a dónde podías ir, ahora se va a definir más en edades”, expresó el vocero.
Este tipo de cambios buscan eliminar las incertidumbres que los padres podrían tener sobre las atracciones aptas para sus hijos.
El nuevo diseño del área infantil incluirá «nuevas atracciones», mientras que algunas atracciones tradicionales se retirarán. Los cambios implican la eliminación de clásicos como el ómnibus conocido como el Viaje Mágico y el Carrusel, que probablemente no estarán disponibles en la nueva versión del parque.
Lotito destacó que “la Calesita Espacial probablemente tampoco esté”, lo que genera expectación acerca de cuáles serán las nuevas opciones de diversión para los visitantes.
Esta estrategia apunta a crear un entorno que sea “cómodo y amable con el medio ambiente y los usuarios”, lo que sugiere que los nuevos juegos no solo brindarán diversión, sino que también considerarán el impacto ambiental. Aunque todavía no se han revelado todos los detalles sobre las nuevas atracciones, se espera que el proceso de instalación comience a partir del 15 de enero de 2025, con la expectativa de que las atracciones estén listas a mediados del año.
El Parque Rodó no solo es un icónico lugar de esparcimiento, sino que también cuenta con una rica historia que se remonta al cambio de siglo. Inaugurado entre finales del siglo XIX y principios del XX, el parque fue diseñado por los arquitectos franceses Carlos Thays y Carlos Racine. Desde su creación, ha sido un punto de referencia para montevideanos y turistas, ofreciendo un oasis de naturaleza y recreación en medio de un entorno urbano.
Desde su apertura, el parque ha evolucionado en su distribución y oferta. La primera atracción, una montaña rusa, se inauguró el 24 de enero de 1889, marcando el inicio de las atracciones mecánicas en el lugar. La llegada de la primera calesita no ocurrió hasta 1903, añadiendo más opciones de entretenimiento para los visitantes. Con el paso de los años, el Parque Rodó se convirtió en un centro de ocio popular que atrae a diversas generaciones.
El parque, que se extiende por 42 hectáreas, alberga un lago artificial de aproximadamente 17,059 m², además de una zona de juegos infantiles y un parque de atracciones mecánicas. También cuenta con varios locales gastronómicos capaces de atender a los miles de visitantes que recibe anualmente. El diseño inicial incluía elementos como puentes rústicos, una terraza para la música y un castillo sobre el lago, adaptándose con el tiempo a las demandas y gustos de la ciudadanía.
En 1912, la diversión en el parque fue institucionalizada. Se le otorgó la autorización para la implantación de juegos y servicios, como la renta de ponis y la venta de alimentos y golosinas. Atracciones como la Rueda Gigante y los Autos Chocadores se sumaron a la oferta variada de entretenimiento que ha definido al Parque Rodó a lo largo de su historia.
Dentro del parque, también se pueden encontrar más de 15 monumentos y esculturas que rinden homenaje a figuras culturales y artísticas destacadas. Entre ellos se encuentran el monumento a José Enrique Rodó, el dramaturgo Florencio Sánchez, y la Fuente de los Atletas, obras que reflejan la rica historia cultural del país. Un proyecto reciente plantea la creación de un “Museo al Aire Libre”, que ofrecería información sobre las obras a través de una aplicación móvil, agregando un valor educativo al recorrido por el parque.
