En un contexto donde la economía mexicana enfrenta desafíos significativos y el mercado laboral se transforma constantemente, conocer las profesiones con los salarios más bajos se vuelve una herramienta crucial tanto para estudiantes como para quienes buscan reorientar su carrera profesional.De acuerdo con datos recientes del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las cinco profesiones peor remuneradas para el 2025 se concentran, en su mayoría, en el ámbito educativo y social.Top 5 de las profesiones peor pagadasFormación docente en educación básica, nivel preescolar: Con un salario promedio mensual de $15,815 MXN, esta profesión, fundamental para el desarrollo inicial de los niños, continúa enfrentando bajos ingresos.Orientación e intervención educativa: Profesionales encargados de guiar y apoyar el aprendizaje de los estudiantes reciben un salario promedio de $16,979 MXN.Trabajo y atención social: A pesar de su papel esencial en el apoyo a sectores vulnerables de la sociedad, estos profesionistas perciben en promedio $17,018 MXN mensuales.Diseño curricular y pedagogía: Con un ingreso promedio de $17,077 MXN, los profesionales que estructuran los planes de estudio también enfrentan una brecha salarial considerable.Formación docente en la enseñanza de asignaturas específicas: Con $17,344 MXN al mes, estos docentes especializados en materias concretas completan la lista de los ingresos más bajos.¿Por qué estos salarios son tan bajos?El bajo salario en estas profesiones puede explicarse por varios factores, entre ellos la falta de inversión suficiente en sectores como la educación y el trabajo social, la sobreoferta de profesionistas en estas áreas y una estructura salarial que no refleja la importancia de estas labores para el tejido social.¿Cómo se puede solucionar esta problemática?El hecho de que profesiones clave para el desarrollo social estén tan mal remuneradas plantea un desafío no solo económico, sino también social y cultural. La falta de incentivos salariales puede llevar a la desmotivación de los profesionales, la fuga de talento y una disminución en la calidad de los servicios educativos y sociales.Es fundamental que tanto el sector público como el privado trabajen en conjunto para dignificar estos roles mediante mejores condiciones laborales, aumentos salariales progresivos y programas de capacitación continua.