Parece que el tiempo no pasa por Hugh Grant y, sin embargo, poco queda ya de aquel galán torpe que tartamudeaba con cada conquista. A sus 64 años, tiene la piel algo ajada y el pelo moreno salpicado de gris, pero el encanto sigue inalterable, igual que sus ojos, de un azul que hiela. Cosas de la materia y del atractivo británico, resistente al frío y quizás por eso también a los estragos de la edad. Eso sí, Hugh Grant ya no es el mismo que era: tres décadas después de conquistar a Andie McDowell y convertirse en una estrella de las comedias románticas no asoma en su actitud un atisbo de aquellas dudas con las que, indeciso y mirando...
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