El curso de la Segunda Guerra Mundial pudo haber cambiado el 20 de julio de 1944 cuando una bomba estalló a unos centímetros de Hitler, en uno de los numerosos intentos frustrados de acabar con su vida. Otros destacados personajes históricos, como Castro, Reagan o Juan Pablo II, estuvieron también a punto de ser asesinados. Si esos atentados hubieran tenido éxito, la historia mundial habría sido seguramente muy diferente