Las Abuelas de Plaza de Mayo hallan al nieto 138
Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron el hallazgo de su nieto 138, en un año que ha estado marcado por numerosos desafíos en torno a las políticas de memoria, verdad y justicia. La noticia se dio a conocer en un contexto complicado debido a los recientes despidos en la Secretaría de Derechos Humanos y las críticas del gobierno de Javier Milei hacia estas políticas.
En su comunicado, las Abuelas señalaron: «¡Encontramos un nuevo nieto!». Este encuentro simboliza la continuidad de su lucha, que busca recuperar a aquellos que fueron apropiados durante la dictadura cívico-militar. El acto se llevará a cabo en la ex ESMA, un lugar relevante en la historia de los derechos humanos en Argentina.
Las Abuelas extendieron una invitación a los medios de comunicación para cubrir la conferencia donde se informarán los detalles sobre este significativo hallazgo. La conferencia se realizará a las 14 horas en el auditorio de la Casa por la Identidad del Espacio Memoria y Derechos Humanos, en la ex ESMA. Este evento tiene el propósito de iluminar el final del año con una noticia que contrarresta el clima de incertidumbre.
El encuentro del nieto 138 es un hecho importante dentro de la labor de las Abuelas, quienes han trabajado incansablemente en la restitución de identidades a lo largo de los años. Su persistencia en la búsqueda de la verdad sigue siendo un pilar dentro de la defensa de los derechos humanos en el país.
El senador nacional Eduardo Wado de Pedro celebró el hallazgo del nieto 138 y resaltó que «la lucha de Abuelas es el ejemplo de que con perseverancia, amor y compromiso las cosas se logran». Esta declaración subraya la importancia de su causa y el reconocimiento del esfuerzo que han realizado las Abuelas en la búsqueda de sus nietos.
La recuperación de la identidad es un principio central para las Abuelas de Plaza de Mayo. Cada nuevo encuentro no solo representa la historia de una persona, sino también una victoria en la lucha por la memoria y el derecho a saber la verdad sobre lo ocurrido durante la dictadura.
El caso de Daniel Santucho Navajas, el último nieto recuperado, ilustra el impacto emocional del proceso. Cuarenta y seis años después de su nacimiento, que ocurrió mientras su madre, Cristina Navajas de Santucho, estaba secuestrada, Daniel regresó al lugar donde vivió esos primeros momentos de su vida. Este regreso, simbólicamente cargado, coincide con la fecha de lo que habría sido el 74º cumpleaños de su madre.
El sitio referido, conocido como Pozo de Banfield, es uno de los centros clandestinos que operó en el conurbano bonaerense. Este regreso también sirve como un recordatorio del horror vivido por muchos durante la dictadura, así como de la necesidad de seguir buscando la verdad y la justicia.
La visita de Daniel a su antiguo lugar de nacimiento fue un proceso emocional, especialmente al reunirse con su hermano, Miguel “Tano” Santucho. Este encuentro buscó ser, en parte, un conjuro contra los traumas del pasado, aunque las secuelas de la violencia y el despojo persisten en la memoria colectiva de quienes vivieron esos tiempos oscuros. El dolor y la alegría se entrelazan en historias como la suya, resaltando la complejidad del proceso de recuperación de la identidad.
