En Costa Rica somos testigos de las extensas plantaciones piñeras que se encuentran en el país. Sin embargo, lo normal es que desconozcamos la variedad de productos que salen de estos campos, pues muchos de estos están reservados para exportarse a otras latitudes.
Por esta razón, un tiktoker español sorprendió al mostrar una piña tica valorada en 500 euros, es decir, aproximadamente ¢265.000. El Frutero Tiktokero (nombre que usa en redes sociales) causó aún más sorpresa al manifestar que su sabor no fue lo esperado por él.
El creador de contenido describió el producto como “espectacularmente dulce”; mientras que su padre la calificó como “espectacular” y enfatizó en que no tiene hebra y se deshace en la boca. No obstante, fue claro en afirmar que el exorbitante precio genera la expectativa de que la fruta tenga un sabor sin precedentes, lo cual no se cumple.
“Estoy pelándola, pero en realidad por este precio yo creo que también podrían hacer que se pudiera comer la piel”, dijo. “¿Cuántas compramos para mañana?”, preguntó en son de broma a su papá, quien respondió con una carcajada.
Según El Frutero Tiktokero, de este lote de piñas existen apenas 16 unidades en toda Europa, de las cuales solo 4 estaban en España. La variedad es nombrada como Ruby Glow, de color rojizo por fuera y de acuerdo con el europeo tardó 16 años en formarse.
Cabe aclarar que el influencer no detalló cuánto le costó adquirir la fruta y solo mencionó que en Asia ha sido adquirida por 500 euros. De hecho, en la descripción de su video consignó: “En España no tendrá ese valor, porque no estamos tan locos como los chinos.”
Gero Arias: Conozca más del tiktoker argentino que se jugó la vida sobre los cocodrilos del Tárcoles
El Frutero Tiktokero es un creador de contenido que acumula casi 250.000 seguidores en Tiktok y 374.000 en Instagram. Su familia es propietaria de una frutería en Madrid, de la cual él se ha convertido en la cara más visible. En sus videos prueba frutas, presenta algunas no tan populares y da consejos prácticos para consumirlas.
