Estamos celebrando la festividad más popular, globalizada y consumista de todos los tiempos. Ésta se da para conmemorar el nacimiento del personaje más importante de la historia universal, aquel que divide la divide en dos periodos: antes y después de Cristo. Lo paradójico es que Jesús no pudo haber nacido el 25 de diciembre del año cero (pues eso no existe en el calendario oficial), sino muy probablemente meses y años antes.