Aitor Ariño fue uno de los escasos jugadores del
Barça que no disputó los
Juegos de París y, por tanto, tuvo vacaciones completas y pudo hacer una pretemporada adecuada. Ese descanso y esa preparación propiciaron que el extremo empezase muy entonado el curso 2024-25 y haya mantenido una gran forma y nivel de juego estos primeros meses de competición.
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