Vladímir Putin pasó cuatro horas y media el pasado 19 de diciembre respondiendo a preguntas de su gabinete de prensa, de periodistas de medios de comunicación y de ciudadanos rusos. Habló sobre la guerra de Ucrania, sobre la situación en Siria tras la caída del régimen, y sobre asuntos domésticos de Rusia, como inmigración, economía...
En la transcripción en inglés de la comparecencia, se puede ver que Putin mencionó una vez a España, cuando un periodista le preguntó sobre el envejecimiento de la población y las medidas para fomentar la natalidad.
En su respuesta, lamentó la caída de la tasa de fecundidad en su país a 1,41 hijos por mujer. Pero destacó que otros países presentan cifras más bajas: citó Finlandia y Noruega, y a continuación mencionó a España, donde la tasa es aún más baja. Por debajo de la natalidad española aún citó Putin otros dos países: Japón y Corea del Sur.
Hubo otra referencia a España, menos directa. Putin reflexionó sobre la soberanía de los países europeos y el sentimiento de pertenencia de sus ciudadanos. Para el presidente de Rusia, firme defensor de la soberanía de cada estado, “están orgullosos de ser europeos, pero son ante todo franceses, alemanes, italianos, españoles y, después, europeos”.