El águila calva fue reconocida oficialmente como el ave nacional de Estados Unidos, un estatus que le fue otorgado por el presidente Joe Biden en la víspera de Navidad. Esta emblemática ave, que ha representado al país "durante casi 250 años", ahora cuenta con un reconocimiento formal tras la firma de una ley que lo designa como tal.
A pesar de haber sido un símbolo nacional desde 1782, el águila calva nunca había tenido un estatus oficial en la historia de 248 años de la nación. La legislación que establece este reconocimiento fue impulsada por legisladores de Minnesota, donde se encuentra una de las poblaciones más grandes de águilas calvas del país.
Jack Davis, co-presidente de la Iniciativa Nacional del Ave, expresó su satisfacción al respecto: “Durante casi 250 años, llamamos al águila calva el ave nacional cuando no lo era. Pero ahora el título es oficial, y ningún ave lo merece más”.
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El águila calva es vista como un símbolo de fuerza, valentía y libertad a lo largo de la historia de Estados Unidos. A pesar de la oposición de algunos, como el padre fundador Benjamin Franklin, quien la calificó como un "ave de mal carácter moral", el águila prevalece como un emblema nacional. Franklin prefería al pavo como símbolo del país, pero su opinión no fue compartida por todos en el Congreso.
La designación del águila calva como ave nacional no solo resalta su importancia cultural, sino también su singularidad, ya que es nativa únicamente de América del Norte. Este reconocimiento formal llega en un momento en que la población de águilas calvas aumentaron significativamente desde 2009, cuando la especie estuvo al borde de la extinción.
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El águila calva está protegida bajo la Ley del Emblema Nacional de 1940, que prohíbe su caza y venta. Esta protección fue crucial para la recuperación de la especie, que ahora goza de un estatus más seguro en el ecosistema estadounidense. La ley que designa al águila calva como ave nacional fue una de las 50 piezas legislativas firmadas por Biden en la víspera de Navidad, junto con otras iniciativas.
Con este nuevo estatus, el águila calva no solo se reafirma como un símbolo de la nación, sino que también se convierte en un recordatorio de la importancia de la conservación y el respeto por la fauna nativa de Estados Unidos.
