Esta semana llega a su fin un ciclo de doce meses de libros, películas, música, exposiciones, premios literarios, festivales, conciertos, óperas, estrenos teatrales, proyectos e inauguraciones. Han sido muchos. La mayoría buenos, otros fallidos. Acaso condescendientes e incluso palaciegos, porque los ha habido. Compete a este suplemento un examen de las singularidades -lo más destacado en cada área- y un balance de las grandes líneas en lo que a planificación y proyectos creativos respecta. La fotografía de conjunto arroja una imagen desoladora: la cultura como industria va por un lado y, como proyecto oficial, recorre otro distinto. El panorama Escasean las reformas (la del INAEM, por ejemplo), los acuerdos sectoriales y los pactos de Estado. Predomina una absoluta inactividad ante...
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