Más de 160 obreros chinos fueron rescatados en condiciones análogas a la esclavitud en la construcción de una fábrica automotriz BYD en Brasil. Las autoridades locales han tomado medidas tras la denuncia de condiciones laborales inhumanas en el proyecto ubicado en Camaçari, estado de Bahía.
La filial brasileña de BYD, conocida como BYD Auto do Brasil, anunció la rescisión inmediata del contrato con la empresa tercerizada Jinjiang Construction Brazil Ltda., responsable de la obra. Esta decisión se produce en medio de una investigación del Ministerio Público del Trabajo (MPT) de Bahía, que ha estado realizando controles desde noviembre para identificar irregularidades en el trato a los trabajadores.
Los operarios rescatados, todos de nacionalidad china, se encontraban en una situación alarmante, con condiciones de trabajo degradantes y un alojamiento precario. El MPT ha calificado la situación como crítica, lo que ha llevado a la suspensión de los trabajos en parte de la obra.
El informe del MPT revela que los trabajadores dormían en camas sin colchones y carecían de armarios para guardar sus pertenencias, que se mezclaban con los alimentos. Además, la situación sanitaria era alarmante, con solo un baño disponible para 31 trabajadores, lo que obligaba a los obreros a levantarse a las 4 de la mañana para hacer fila antes de comenzar su jornada laboral.
Una vez en la obra, los trabajadores estaban expuestos a intensas condiciones climáticas, lo que les provocaba problemas en la piel. La denuncia también incluye sospechas de trabajo forzado, ya que a los obreros se les confiscaban los pasaportes y se les retenía el 60% de su salario, recibiendo solo el 40% restante en moneda china.
BYD Auto do Brasil ha manifestado su compromiso con el respeto a la dignidad humana y ha trasladado a los 163 trabajadores a hoteles de la región. La empresa ha sido convocada a una audiencia para presentar medidas que garanticen condiciones mínimas de alojamiento y la regularización de las infracciones detectadas.
Por su parte, la cancillería china ha expresado su preocupación y ha indicado que su embajada y consulados en Brasil están en comunicación con las autoridades locales para gestionar la situación adecuadamente. La portavoz de la cancillería, Mao Ning, enfatizó la importancia de salvaguardar los derechos de los trabajadores y la necesidad de que las empresas chinas cumplan con las leyes y regulaciones del país anfitrión.
