El gobierno de Javier Milei se prepara para darle en el 2025 un nuevo impulso a las Fuerzas Armadas y en línea con esta estrategia de catapultar al sector militar desde el Ministerio de Defensa ya empezaron a hacer planes de proyección con un amplio abanico de temas que van de la geopolítica, hasta el reequipamiento militar y el nuevo rol que se le quiere a los uniformados.
Una de las mayores apuestas del gobierno de Milei en materia de defensa será la de concretar el pedido de ingreso como "socio global" en la OTAN. Se trata de una fuerte jugada de la Argentina para establecer una estrategia de alianzas con países desarrollados que tienen como enemigos comunes a Rusia, Irán y Corea del Norte, entre otros.
El ministro de Defensa, Luis Petri, ya presentó la carta de intención para dar este paso y ahora todo dependerá lo que definan los países de la OTAN. En el Gobierno confían en que la llegada de Trump al poder ayudará para que Estados Unidos ofrezca su voto de confianza por Argentina en este ingreso que le dará a las Fuerzas Armadas un andamiaje de cooperación, intercambio de información y posibilidades de reequipamiento.
De hecho, para el 2025 están contemplados en el plan de trabajo de los militares argentinos al menos siete operaciones de ejercicios militares con otros países muchos de los cuales forman parte de la OTAN. Se trata de una fuerte apuesta de geopolítica mundial con los aliados de Occidente.
El Gobierno se dispone a abrir tres agregadurías militares en países aliados para el año que viene en una nueva muestra de lo que implica para Milei la vinculación estratégica entre defensa y política exterior.
Después de las denuncias por el supuesto robo de autopartes en el Batallón de Abastecimiento y Mantenimiento 601 en Campo de Mayo con la suspensión de 16 militares y la limpieza que hubo en la cúpula de la Fuerza Aérea el ministro Petri quiere dar una vuelta de página para el 2025. Aunque en Defensa aseguran que seguirán de cerca el tema con auditorías y no descartan más limpieza de cargos clave para el año entrante.
En cuanto a equipamiento militar, el Ministerio de Defensa tiene previsto para el 2025 un amplio menú de opciones. Más allá de continuar con la recepción de los 24 aviones F16 de fabricación norteamericana que llegarán de Dinamarca, la idea de Milei es concretar la compra de fusiles para reemplazar en el Ejército los añejos FN Fal que tienen más de 30 años de uso. No hay aun una oferta en puerta, pero se evalúan muchas opciones.
Quedará para otra etapa la compra de un submarino que reemplace el faltante del ARA San Juan. Hubo sondeos de Defensa a fabricaciones de Francia para adquirir de la empresa Naval Group un Scorpene y un empujón del presidente Emanuel Macron para que esto ocurra pero, por ahora, "no hay plata" reiteran los allegados al Presidente.
A la vez, en el Gobierno contemplan una eventual compra de drones de largo alcance a Israel y la adquisición rezagada de unos 209 vehículos de combate blindado 8x8 para el Ejército. Se evalúan ofertas de Israel y Estados Unidos para este caso aunque también se analizó la compra de los Guaraníes de industria brasilera. Nada está definido en este caso aunque hay un fuerte reclamo del Ejército para que se concrete esta compra.
Desde el plano político, la intención del Gobierno para los planes de defensa es avanzar el año que viene con el proyecto de ley de reforma a la ley de seguridad interior y defensa con la idea de que las Fuerzas Armadas tengan un rol más activo en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo en coordinación con las fuerzas de seguridad.
De hecho, en los últimos días el Gobierno redefinió el funcionamiento del Sistema de Defensa Nacional mediante el decreto 1112/2024, con el objetivo de "modernizar" y ampliar las capacidades de las Fuerzas Armadas frente a nuevas amenazas y proteger los intereses vitales del país.
La normativa reemplaza al Decreto 727/2006, que limitaba la intervención militar exclusivamente a agresiones externas perpetradas por fuerzas armadas de otros Estados. La idea es incorporar escenarios contemporáneos como el ciberespacio, el espectro electromagnético y el espacio exterior en la participación de las Fuerzas Armadas.
Todo esto va en línea con el otro objetivo que ya está avalado para el año que viene en el Ministerio de Defensa y que tiene que ver con el refuerzo de militares en toda la frontera Norte para evitar el ingreso de drogas. Hay informes de inteligencia militar que alertan sobre una situación para tener en cuenta en la frontera con Bolivia.
Allí se conjugan dos factores que las Fuerzas Armadas advierten: el ingreso del narcotráfico y los contactos de Bolivia con Irán. Se trata de dos temas no menores como para que haya un mayor insumo de efectivos en la frontera norte.
En el plano de la situación salarial de las fuerzas, para el 2025 también quedó pendiente una jerarquización de los salarios de los militares para equipararlos con los de la Policía Federal y Gendarmería. Petri tuvo que dar marcha atrás en el decreto que había dejado el gobierno de Alberto Fernández en este tema por la falta de fondos. En el ámbito castrense se ilusionan en que 2025 podría llevar mejoras salariales pero todo dependerá del plan de Milei de ajuste y déficit cero que se propuso para su gestión.
En la estrategia de fortalecer el control en la Antártida el Ministerio de Defensa avanza en la ampliación de la base naval de Petriel y en el puerto de la Armada en Ushuaia para el abastecimiento y logística de buques. En el Gobierno aseguran que no habrá allí un acuerdo con Estados Unidos para inyectar fondos en esa base ni mucho menos. La idea es fortalecer y cuidar la zona antártica con vistas a la soberanía argentina de cara al debate futuro del Tratado Antártico.
