Una estrella no se bautiza como tal en la NBA hasta que tiene la ocasión de lucirse el Día de Navidad, sobre todo si es en la catedral del baloncesto, el majestuoso Madison Square Garden en pleno corazón de Nueva York a los ojos del mundo en la tradicional mañana navideña de basket en la Gran Manzana. Victor Wembanyama, el niño prodigio digno de comparaciones con LeBron James que todo lo hace bien a sus 2,24, ya era estrella pero se fue a confirmar el día de la obligatoria misa navideña de ver y asistir para todos los fieles al baloncesto con 42 puntos y 18 rebotes. Pero la fiesta acabó siendo de los Knicks, que acabaron por tumbar a los San Antonio Spurs (117-114) en un apretado duelo sin tregua con su hombre de acero y también el de la NBA, Mikal Bridges, autor de 41 tantos el hombre que jamás se ha perdido un partido en siete años en la liga.
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