La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha organizado cuatro conferencias mundiales (1975, 1980, 1985 y 1990) en donde el tema central ha sido la igualdad plena de derechos para la mujer, sin embargo, esto no ha sido suficiente para disminuir todos los obstáculos que dificultan su participación activa en las esferas de la vida pública y privada, así como para disminuir la desigualdad salarial y discriminación a la que se siguen enfrentando, por lo que ha sido necesario adoptar, o bien, modificar, políticas públicas que contribuyan a alcanzar este objetivo.
El pasado 16 de diciembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), un Decreto, firmado por la Dra. Sheinbaum, en el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares.
Dentro de los objetivos que destacó al firmar este Decreto, destacaron: promover la igualdad sustantiva, la perspectiva de género, el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y la erradicación de la brecha salarial por razones de género.
Debido a lo anterior, surge el cuestionamiento ¿era necesario que se establecieran modificaciones en ciertas leyes para proteger a las mujeres de México?
Para contestar la pregunta, incluiré algunos datos de investigaciones:
México por su parte, ocupa el lugar 33, con un índice de .768, siendo el 1 el índice que mostraría la totalidad de paridad de género. Al comparar a nuestro país con las naciones de América Latina, México ocupa el lugar 7mo, por debajo de Nicaragua, Ecuador, Costa Rica, Chile, Barbados y Argentina.
Algunos de los factores que, según IMCO, inciden en la brecha salarial, se encuentran:
Horas de trabajo. Las mujeres dedican más del doble de tiempo que los hombres a actividades no remuneradas, por lo que tienen menos tiempo disponible para trabajar por un ingreso.
Posición jerárquica. Las mujeres tienden a estar concentradas en puestos de entrada y pocas alcanzan gerencias o direcciones por falta de flexibilidad para compaginar su vida personal con su carrera profesional.
Nivel educativo. Las mujeres con mayor preparación tienden a alcanzar puestos más altos y en sectores mejor pagados.
Concentración de personas del mismo sexo en ciertos sectores y ocupaciones. Existe una alta representación de mujeres en sectores con un menor nivel de ingresos.
Con lo anterior, podemos concluir que, SI era necesario que se implementarán políticas públicas en favor de promover la igualdad de derechos, disminuir la brecha salarial y evitar cualquier forma de discriminación a las mujeres, sin embargo, con el establecimiento o modificación de una política no será suficiente si las instituciones, organismos y demás actores, en los ámbitos público y privado, no se suman a esta iniciativa e implementan las acciones correspondientes.
Para cerrar este artículo, me gustaría compartir este principio que va acorde a la búsqueda por disminuir la brecha salarial a la que se enfrentan las mujeres: “A trabajo igual, salario igual”. Y agregaría “Mismas oportunidades laborales para hombres y mujeres”, es decir, que el más capacitado y con la experiencia necesaria, tenga opción de cubrir la posición, esto con la finalidad de que los puestos directivos también puedan ser dirigidos por mujeres.
Dra. y C.P.C. Martha Nelly Garza GarzaTitular de la Comisión de Cumplimiento Fiscal del ICPNL
Contacto: direccion@gurufiscal.com.mx