La OCDE ha vuelto a poner el dedo en la llaga: España está frenando su propio crecimiento al penalizar fiscalmente el ahorro de las familias. El organismo internacional alerta de que, sin una mayor participación de los hogares en los mercados de capitales nacional, el tejido productivo español carecerá del respaldo financiero necesario para expandirse y competir a escala global.
Nuestras pymes no pueden crecer, entre otros motivos, porque no pueden financiar ese crecimiento por vías alternativas al sistema bancario tradicional. En Europa —y muy especialmente en España— los mercados de capitales están subdesarrollados en comparación con Estados Unidos. Nuestro país carece de una masa crítica de inversores dispuestos a asumir riesgos para impulsar a las empresas emergentes más prometedoras.
La baja tasa de ahorro de los hogares españoles empeora la situación. Mientras que en 2023 se situó en el 11,7% de la renta disponible —ligeramente por encima del 7,9% de hace una década— países como Alemania o Suecia presentaban tasas que rondaban el 17% o incluso superaban el 20%. Además, buena parte del escaso ahorro nacional se canaliza hacia depósitos bancarios o inversión inmobiliaria, dejando sin oxígeno a la financiación empresarial.
La OCDE subraya que es urgente estimular políticas que fomenten la inversión de las familias en activos financieros, que son los que pueden permitir canalizar a las pymes el poder adquisitivo que necesitan para crecer. Por un lado, promover una mayor cultura de ahorro y, por otro, eliminar los obstáculos fiscales que hacen poco atractiva la participación minorista en los mercados de capitales. Si el ahorrador ve cómo sus ganancias se evaporan por culpa de gravámenes tributarios excesivos, preferirá mantener sus fondos en depósitos o ladrillo, donde el riesgo se percibe menor.
En otros países de nuestro entorno, existen herramientas específicas que incentivan la inversión a largo plazo. Suecia ofrece cuentas de ahorro bonificadas cuya tributación se basa en una imputación anual que no penaliza las plusvalías futuras. Francia, por su parte, cuenta con planes de ahorro en acciones, eximiendo o reduciendo los impuestos sobre dividendos y plusvalías si la inversión se mantiene durante un periodo determinado (al menos cinco años).
En definitiva, el club de los países ricos, la OCDE, advierte de que la prosperidad futura de España depende de reforzar el ahorro financiero y canalizarlo hacia la economía productiva. Sin un giro de timón, la penalización fiscal al ahorro seguirá asfixiando el crecimiento de nuestra economía y alejándonos de la convergencia con los países más avanzados.