Por todos es conocido que enero es un mes en cuesta. Después de las comidas familiares, regalos, cenas de empresa, compras navideñas, etc., da miedo mirar el acumulado en la cuenta bancaria, sobre todo tras un año que se ha caracterizado por la pérdida de poder adquisitivo para las familias españolas, que además han visto mermada su capacidad de ahorro ante una inflación que no termina de desaparecer.
En algún momento hay que hacer frente a la cuesta de enero y cuánto antes empecemos, mejor. Ser previsores nos puede ahorrar empezar 2025 endeudados, aunque lo más importante es no abusar del “espíritu navideño” y gastar con cabeza para allanar la cuesta, además que “una buena planificación ayudará a que las finanzas familiares terminen el año en positivo”, señalan desde el blog Mi Jubilación de BBVA.
A pesar de la sucesión de gastos que caracteriza estas fechas, muy pocos tienen la costumbre de ponerlos por escrito, una tarea sencilla que podría ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza y que serviría para saber qué cantidad podemos permitirnos gastar realmente. Aquí se incluirá tanto la cuantía ingresada como la destinada a compras (antes de realizarlas, por supuesto). De este modo podremos identificar y eliminar aquellos gastos que consideremos innecesarios, sobre todo teniendo en cuenta los pagos que debemos afrontar en enero: colegio, hipoteca, seguro del coche, etc. Además, aunque habría que incluir los gastos típicos mensuales, enero también es época de rebajas, por lo que podemos aprovechar para hacer otro presupuesto para, por ejemplo, comprar algo de ropa de abrigo.
Siempre debemos tener en cuenta que “el gasto viene detrás del pago de la deuda”, es decir, que siempre debemos anticipar el pago de nuestras deudas antes de realizar compras innecesarias que nos acaben generando pérdidas. Asimismo, podemos incluir en nuestro presupuesto gastos que nos permitan ahorrar a largo plazo, como por ejemplo cambiar de línea telefónica, mejorar el sistema de calefacción o la iluminación de nuestro hogar.
Sin embargo, muchas veces no es suficiente. La tendencia alcista de los precios de los gastos básicos está provocando que millones de hogares españoles tengan que dedicar más de la mitad del presupuesto familiar a pagar las facturas. Ya solo los seguros (sean de vida, de coche o de salud) suman casi 650 euros anuales de media, a los que hay que añadir los gastos de fibra óptica y dos líneas de móvil (483,75 euros), hipotecas (8.529,24 euros), electricidad (619,20 euros) y gas (583,56 euros), entre otros.
La cesta de la compra también conlleva otro de los gastos más abultados, pues en 2023, los españoles gastaron 5.333 euros de media en alimentos y bebidas no alcohólicas, según datos del INE, un 6% más que el año anterior a pesar de las rebajas del IVA. Con esta suma parece que ahorrar es prácticamente imposible, por lo que optar por planificar los gastos para establecer un presupuesto para compras que no sean básicas no parece una idea tan alocada, más bien al contrario, reforzaría nuestras finanzas personales.