Nacido en el desierto mexicano, específicamente de la planta Dasylirion, el sotol es un destilado que ha ganado terreno en los últimos años. De sabor ahumado y proceso que no debe confundirse con el mezcal, tiene como hogar los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango. Así lo avala su denominación de origen, que data del 2002, aunque ésta no lo ha protegido del todo: en Texas ya hay quienes lo producen. Talapropiación es uno de sus principales problemas.Para extender el conocimiento sobre esta bebida tradicional y portentosa, nada mejor que los testimonios directos: de sus productores y defensores, quienes hablaron con MILENIO durante un encuentro sotolero que se realizó en el Museo del Tequila y el Mezcal, ubicado en la Plaza Garibaldi.Sandro Canovas, activista y gestor de eventos a favor del sotol“Hay muchas problemáticas con el sotol, por ejemplo: la producción en Texas, si no le ponemos cuidado, se va a pasar a Arizona y Nuevo México. La biomasa del sotol, la planta, crece en esos estados, y tienen la capacidad monetaria. La cuestión es que Estados Unidos no reconocen la denominación de origen y en México no se defiende, por eso se están logrando salir con la suya”."Afortunadamente, los productores se están uniendo. Lo que sigue esestablecer planes de trabajo para desarrollar las necesidades que tienen. ¿Y cómo apoyar de manera externa?Éste es un producto campesino que viene de comunidades que a veces tienen mucho rezago social; el comprar una botella sin regatear, platicar con los productores, aprender de sus tradiciones, esa conexión es la que más ayuda"."Conocí el sotol cuando estábamos haciendo unos talleres de adobe en Ojinaga. Entré a un lugar y unas botellas me llamaron la atención. De eso hace 18 años. Ese primer sotol que probé me cautivó, los sabores tan exquisitos me sedujeron. Después de muchos años, cuando se empezaron a dar las dinámicas de apropiación cultural con los tejanos, me metí de lleno a defenderlo".Salvador, productor del sotol Lazo de mi vida"Todo parte de mi abuelo, una época en que a los productores los perseguían, no estaba legalizado nada. Nuestro sotol viene de Chorreras, un municipio de Aldama, en pleno desierto. Hacer una botella nos cuesta 400 pesos, pero la vendemos en mil porque es mucho trabajo. Además del cambio climático, que en el norte nos afecta mucho, otro problema son lostejanos, que están haciendo un destilado que no deberían denominarle sotol, porque la denominación de origen somos Coahuila, Durango, Chihuahua. Entonces, nos gustaría tener más unión".Francisco, productor del sotol Las Potrancas"Con el sotol vamos muy bien y estoy viendo que va a seguir para arriba. Nosotros somos de Ciudad Madero, yo soy cuarta generación; desde los siete años andaba en las vinatas y a los 13 años empecé a destilar; eso es un orgullo, porque tu padre te lo enseña, es una herencia muy bonita. La marca se llama Las Potrancas por mis tres hermanas, pero viene desde mis abuelos. Es algo muy familiar".América Minerva Delgado Lemus, bióloga"Me parece muy buena idea hacer promoción de productos con alto valor cultural. Al sotol mucha gente no lo conoce, entonces este tipo de eventos en Ciudad de México son increíbles, son una buena manera de darlo a conocer. Yo no fui parte de la organización, pero fui ponente con temas de sustentabilidad, que los productores se den cuenta lo que hay que tener en mente. Esta padre que estén ellos porque les puedes preguntar directamente sobre la planta, sobre la denominación de origen; algo que en un Walmart o una vinatería no vas a poder"."Hay una riqueza muy fuerte que no se puede abaratar. Es un tema delicado lo de los gringos"hc